La frontera del Tarajal está volviendo a ser el escenario elegido para la introducción, de forma gradual, de subsaharianos ocultos en el interior de vehículos. Es la forma más cara pero a su vez más peligrosa de pase que puede elegir el inmigrante, toda vez que las mafias les preparan huecos en los que la permanencia durante muchas horas va en contra de sus propias vidas.
Lo que está sucediendo en Melilla, en donde la entrada de subsaharianos de esta guisa está a la orden del día, se extrapola, en menor medida, en Ceuta. A los pases de inmigrantes en balsa playeras se están sumando la de otros, por goteo, ocultos en vehículos. En los últimos días se han producido varias entradas de este tipo. La última, a finales de la pasada semana, cuando se localizó a un subsahariano en Juan XXIII comprobándose que había sido introducido en un doble fondo de un vehículo y abandonado en las inmediaciones de la barriada para que, por sus propios medios, acudiera hasta el CETI. Allí, en el Jaral, también se han presentado varios individuos que han llegado a la ciudad por esta misma vía.
Las fuerzas de seguridad marroquíes ya han detenido, en el lado de su frontera, a ciudadanos con inmigrantes en sus coches dispuestos a cruzar el paso. De los detenidos, al menos tres son ceutíes contra los que se han dictado penas de prisión por tribunales marroquíes. En la tarde de ayer se practicaron controles sobre vehículos que entraban desde Marruecos a Ceuta orientados, precisamente, a la detección de inmigrantes.
Mientras esto sucedía en la frontera con Ceuta, distinta escena ocurría en Melilla. Allí, agentes de la Policía Nacional salvaban la vida de dos subsaharianos que estaban ocultos dentro del maletero y salpicadero de un coche abandonado en la vía pública. Sus gritos alertaron a unos viandantes que llamaron a la Policía. Cuando los rescataron sus señales vitales eran imperceptibles.