Las informaciones sobre los preparativos de apertura de la aduana comercial en Ceuta y Melilla han provocado la reapertura de un debate dormido: ¿qué pasa con los contrabandistas?
Las autoridades españolas tienen claro: nunca jamás volverá ese porteo y el halo tercermundista que lo rodeaba que llegó a causar muertes. Activistas marroquíes defensores de derechos humanos reclaman a su país una solución, toda vez que estos anuncios han hecho reabrir esperanzas sobre una hipotética reactivación del tráfico comercial.
Líderes sindicales y de derechos humanos reclaman a su país “verdaderas alternativas económicas" para todos los que quedaron sin inyección económica posible, ya que su oficio era el trasiego de bultos que, a su vez, era sostenido por un polígono del Tarajal cuyas naves fueron cerradas en su amplia mayoría.
Activistas de derechos humanos y sindicatos de la ciudad de Nador, donde se concentró la gran mayoría de los porteadores, han reclamado públicamente la instauración de “proyectos económicos reales para lograr la estabilidad económica y social de este grupo social".
Saïd Haddad, presidente de la sección local de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos en Nador, explica en declaraciones a Hespress que "la gran mayoría de los antiguos contrabandistas de subsistencia siguen, desde el período de COVID-19 hasta el día de hoy, sin verdaderas alternativas económicas".
Haddad agregó que este grupo "vio que un número limitado de ellos se beneficiaba de oportunidades de empleo en plantas de reciclaje en Nador, sin un verdadero impacto económico; mientras que la mayoría de ellos siguen sufriendo".
El mismo portavoz pidió "proporcionar verdaderas alternativas económicas que pongan fin al sufrimiento de este grupo", considerando que el contrabando de subsistencia "ha terminado como concepto para ellos desde el cierre que ocurrió durante el período de COVID".
Por su parte, Rabi Mazid, secretario regional del Sindicato Marroquí del Trabajo en Nador, dijo que el curso temporal de este grupo "se ha dividido desde el cierre que se produjo durante la pandemia de COVID entre un porcentaje de contrabandistas de subsistencia que se beneficiaron de algunas oportunidades de empleo sencillas, como su integración con los trabajadores de la Recuperación Nacional, y trabajos en plantas de reciclaje... mientras que otros se enfrentaron a la falta de alternativas reales".
Mazid indica en un reportaje publicado por Hespress que algunos grupos de estas personas, como las mujeres mayores, "tienen dificultades para aceptar las condiciones laborales diarias y los bajos salarios que no se ajustan a lo que lograban durante el período de contrabando de subsistencia, a pesar de su dificultad".
"Esta situación requiere la creación de proyectos económicos efectivos, especialmente ahora que Nador se ha convertido en un polo económico y turístico muy atractivo en los últimos años".
El secretario regional del Sindicato Marroquí del Trabajo en Nador agregó que "el futuro de este grupo depende fundamentalmente de la creación de verdaderas alternativas económicas", enfatizando que la situación de las aduanas comerciales, que sigue siendo incierta actualmente, "está muy lejos de este grupo".
En el caso de quienes cruzaban el paso del Tarajal, ha habido cuantiosas manifestaciones para reclamar alguna salida a los que quedaron sin nada. A esto se suma el recién revés que van a sufrir los trabajadores transfronterizos al no poder renovar sus documentos.
Los sueños sueños son !!! Calderón de la Barca.