Han pasado unos meses, pero cada vez más se hace al terreno. Sus responsabilidades en el presente son mayores a las que tenía antes de ponerse la bata oficialmente como médica con formación completa. Laura Delgado, facultativa de Familia, ejerce su profesión en el centro de salud Otero de Ceuta. Al igual que otros muchos, ella pasó por el MIR.
Terminó esta etapa en septiembre de 2024 después de sobreponerse de una serie de desafíos. El mayor reto en su caso fue manejar la atención a pacientes graves y críticos. “Son personas que, literalmente, se están muriendo frente a ti. Hay que tener agilidad mental para ver qué tratamiento ponerle y qué hacer en un minuto. Si no, fallece. Es por ello por lo que hay que prepararse mucho y tener, en cierto modo, sangre fría”, expresa.
Otra de las grandes pruebas a superar fue, a su juicio, dar servicio a numerosos usuarios en unos cinco o diez minutos. “Son de media unos cuarenta en una mañana. Eso es prácticamente ir a la velocidad de la luz. No se trata solo de trabajar tanto. Es hacerlo en poco tiempo, dar con la tecla del diagnóstico y del tratamiento…Hacer que se lleven la sensación de que pongo mucho interés y que les doy una atención clínica en condiciones. Eso en tan corto periodo es muy complicado”, explica.
Nuevos retos
Una vez dejada su posición como sanitaria adjunta, también se ha encontrado cara a cara con más duelos, sobre todo, a aprender a asumir un mayor volumen de obligaciones o de generar confianza quienes cruzan la puerta de su consulta. “Lo que más noto es que ya no tengo a alguien que me aconseje y me ayude. Puedo preguntar a compañeros las dudas, pero no es como que alguien esté en todo el horario laboral como tutor médico. Se suele tener esta figura. Es como el polluelo con la gallina”, comenta.
"Estamos en una época en la que todos los avances le permiten formarse mucho mejor"
A este nuevo camino sin apoyos se suma el hecho de tener que hacerse valer. “Es preciso hablar con más seguridad en ti mismo y hacerle ver a quien tienes en frente que ya cuentas con un recorrido, que llevas unos años de preparación y que tienes criterio. Hay que inspirarla porque cuando a un residente lo ven recién terminado, lo perciben joven y eso suelen asociarlo a tener poca experiencia o conocimientos. A día de hoy salen muy bien instruidos porque existen más medios y más saberes médicos. Estamos en una época en la que todos los avances le permiten formarse mucho mejor”, menciona.
No solo cree que los MIR tienen a mano más herramientas en la enseñanza que se imparte en este programa recibe su aprobado. Estima que el plan actual es beneficioso para los pupilos. Cuando puso fin a su carrera, se pasó a otra estrategia a la hora de transmitir lecciones.
“El nuevo favorece en muchos aspectos en este sentido al médico de Familia. No sabría decir con exactitud porque no lo estoy viviendo, pero creo que las modificaciones que se han hecho son positivas”, incide. La que más destaca entre todas es una presencia de más peso de un tutor dedicado a esta sección de la salud. “Es algo que eché un poco en falta en mi proceso”, recalca.
“Es esencial para ahondar en el día a día, en la crudeza, los males y los mejores momentos de esta rama. De nada sirve que un oncólogo o un neumólogo lo explique todo muy bien si se van a tener carencias en el área para la que te proyectas”, relata.
Más allá de las leves transformaciones en este terreno, Delgado destaca que se hacen esfuerzos para ampliar la cartera de plazas en Ceuta. Admite que no se ha abierto el cupo a otras categorías y que a día de hoy solo se dispone de cuatro de ellas.
“Se mantienen, pero es cierto que Interna es relativamente nueva en la ciudad. El año en el que me incorporé como estudiante fue el primero en el que hubo otro alumno en esa materia”, recuerda.
“Se va avanzando. Hace unos tres años se dio este paso. Se valora en el presente aumentar el número de residentes. Creo que próximamente se quiere ampliar el abanico de ofertas, pero no sé con qué especialidad, pero la intención está”, menciona.
"Me llamaban la atención porque abarcan muchas cosas y me supone no aburrirme, estar informándome e indagar"
Curiosamente su meta no siempre fue ejercer en este ámbito. Al entrar a la universidad su idea era adentrarse en la cirugía estética, pero descubrió que no le gustaba tanto. Su segunda opción fue psiquiatría. Más tarde llegó Interna y de Familia. Se decidió por la última. “Me llamaban la atención porque abarcan muchas cosas y me supone no aburrirme, estar informándome e indagar. Son tan amplias que nunca se deja uno de formar”, detalla. “No me arrepiento de nada. Creo que me habría agradado menos Interna. He tenido suerte”, reflexiona.
Ser humano ante todo
Cada vez que se anuncia una convocatoria para asistir al examen MIR salen artículos o noticias en medios sanitarios relacionados con advertencias a la hora de abordarlo. Sin embargo, ¿cuál sería el mejor aviso para afrontar en sí la asistencia como tal?
La ceutí es muy clara en su respuesta. Considera que no basta con meterse de lleno con el temario. “Uno puede ser el más inteligente o poseer cualidades a rebosar, pero si no se es humano con los pacientes difícilmente se es buen médico. Diariamente se trata con personas. Se ven de media cuarenta aquí y, se quiera o no, sin eso y sin paciencia se hace cuesta arriba. No solo eso. El usuario puede percibir que no ha sido bien atendido”.
"El sueldo es otra de las cuestiones ya que en el resto de ramas por norma general el salario es mayor lo que podría “pesarle a algunos a la hora de elegir"
El grado universitario comprende asignaturas de psicología y sobre la relación entre ambos roles, pero, a pesar de que es una ayuda “nunca es lo mismo que enfrentarse al momento real de aplicar todo esto. Uno no se da cuenta de cuán necesaria es la empatía hasta que no se está en vivo y en directo”, expone.
Laura desempeña sus funciones en una categoría que el año pasado se vio en jaque en el MIR. Quedaron puestos colgados, lo que llevó a un segundo emplazamiento para cubrir las ausencias. Fue, de hecho, la más afectada entre todas las que se vieron salpicadas por esta cuestión. El suceso evidenció un déficit en sus filas en todo el país. La doctora achaca esta circunstancia a un asunto multifactorial.
Apunta, en primer lugar, al hecho de que aún no se es “consciente” de que se trata realmente de una especialidad como tal fuera del mundo sanitario. “Es de puertas para afuera. Es como que el prestigio es menor”, indica. El sueldo es otra de las cuestiones ya que en el resto de ramas por norma general el salario es mayor lo que podría “pesarle a algunos a la hora de elegir”.
La tercera razón es que es un ámbito “muy duro”, no solo por el ritmo laboral. “Somos médicos del papeleo y eso hace que trabajemos muchísimo. Una consulta que podría acarrear diez minutos supone al final veinte. A esto hay que sumar que no tiene una cifra de pacientes cerrada como en el hospital. Puede variar un poco, sí, pero por los centros de salud pasan muchos cada poco tiempo”.
Ello implica decantarse por recetas y detectar el problema que los aqueja sin mucho margen lo que hace de ella una modalidad “muy exigente” por lo que hay quien “opta por una menos costosa”. Delgado estima también que puede deberse a que “el esfuerzo no equivale tanto al sueldo en este caso”.
Ella ha logrado su meta tras años de dedicación. Ahora es el turno de los nuevos MIR. Ya han realizado su prueba el pasado mes de enero y están a la espera de conocer el lugar en el que por primera vez desarrollarán su vocación.
Pocos son aquellos medicos, que sean humanos con los pacientes, muchos ni nos miran a la cara, cuando nos atienden.
Muy bien hablado.
Muy buena médica. Dios quiera que no la dejen ir.
Ese es el fallo de muchos médicos,no tienen buen trato con las personas y luego complican a bastante gente profesional en todas las categorías de un Hospital.