El Señor de Ceuta volvió a las calles de la ciudad este sábado como lo hace cada año para reunirse con sus fieles devotos, aquellos que quisieron acompañarlo en su solemne traslado y que ponen su empeño para que esta tradición, una de las que cuenta con más arraigo, se mantenga intacta.
Fue una jornada llena de emociones evidenciadas en los rostros de todos los que participaron en un recorrido que dejó escenas para el recuerdo.
El traslado de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y Nuestra Señora de los Dolores desde la Parroquia de San Ildefonso, en el barrio del Príncipe, hasta su Casa de Hermandad, en las Puertas del Campo es uno de los momentos previos a la Semana Santa más esperados por los caballas por el significado que guarda y esto, ayer, quedó demostrado una vez más.
Entre las escenas con más impacto se vivió la liberación de un preso en el acuartelamiento González Tablas, costumbre que se ha mantenido desde entonces con la emotividad que un acto de esta naturaleza conlleva.
Otro año más los ceutíes se llenaron de fe, de esperanza y de un sinfín de emociones propias de este tiempo de Cuaresma, con la Semana Santa en puertas, al vivir nuevamente este esperado reencuentro que les permitió con más fuerza y con las energías renovadas demostrarle su devoción al Señor de Ceuta.
El barrio del Príncipe, que es su casa, lo ha estado guardando durante este tiempo siendo uno de los fieles testigo de ese traslado mágico en la ciudad.