El PSOE ha registrado ante la Mesa del Congreso de los Diputados una Proposición No de Ley (PNL) en la que solicita documentar el “bibliocausto español” y reconocer el compromiso con la cultura de “libreros, bibliotecarios, editores y autores durante el golpe de Estado y la dictadura franquista”, una iniciativa en la que Ceuta está presente.
Esta iniciativa se enmarca en la conmemoración de España en libertad. 50 años, por la muerte de Franco y también quiere fomentar la difusión de lo que fue el bibliocausto entre los jóvenes a través de iniciativas educativas y de divulgación científica e histórica.
En sus argumentos, el texto de la PNL va relatando una serie de acontecimientos que se produjeron con motivo del inicio del conflicto civil de 1936 y entre esos capítulos cita a Ceuta.
Un compromiso con la cultura
Concretamente, en esa exposición de motivos los socialistas hacen referencia al caso de Miguel D’lom, de Ceuta, como “uno de los libreros y bibliotecarios pagaron con la vida su compromiso con la cultura”.
El PSOE señala en el texto que “es difícil analizar la destrucción del patrimonio bibliográfico de la dictadura porque el régimen franquista se encargó posteriormente de borrar este capítulo negro de la historia, por ello es fundamental documentar y analizar la prensa afín a los sublevados durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra”.
Añaden que desde los primeros días del golpe militar los sublevados se centraron en la incautación y destrucción de libros y la depuración de bibliotecas públicas y privadas. Al mismo tiempo que “muchos maestros, bibliotecarios, editores y libreros fueron fusilados. La depuración de profesores y bibliotecas formó parte del mismo programa represivo”.
El hombre que ofrecía libros en el Revellín
En el caso de Miguel D’lom que aparece citado en la Proposición No de Ley, se sabe que ofrecía libros en pleno Revellín, de corte naturista y libertario” y que su “clara militancia anarquista avalaban los títulos que mostraba a los viandantes”, según relata Francisco Sánchez Montoya en su Papeles para la historia.
También apunta que a D’lom siempre se le podía ver a la cabeza de las reivindicaciones obreras y manifestaciones organizadas por la CNT. “Tras el golpe de 1936, en la madrugada del 17 de agosto, fue ejecutado y su cuerpo apareció junto a ocho compañeros más en el depósito del cementerio de Santa Catalina de Ceuta”.
Los socialistas incluyen en la defensa de su propuesta que el objetivo en aquellos años era “limpiar y purificar el país de las ideas subversivas y para ello perseguían eliminar el pensamiento de los vencidos e imponer el de los vencedores. Pensaban que, si eliminaban y recluían a las personas y a las publicaciones, se acabaría con sus ideas. Para ello, la Falange y el ejército franquista, no solo protagonizaron acciones de quemas de libros, sino que alentaron a sus seguidores a que las hicieran”. En ese contexto murió asesinado el ceutí Miguel D’lom, al que cita la PNL.
Textos guardados en los llamados “infiernos”
Las comisiones depuradoras clasificaban los fondos de bibliotecas y salas de lecturas y, los libros que no eran destruidos, permanecerían guardados en espacios restringidos denominados "infiernos", que no fueron abiertos hasta 1975.
Entre los libreros y bibliotecarios que pagaron con la vida su compromiso con la cultura, el PSOE menciona a Miguel D'lom de Ceuta; Rogelio Luque, de Córdoba; la maestra de Zaragoza Pilar Salvo, responsable de una biblioteca infantil; la pedagoga y bibliotecaria, Juana María Capdeviele.
Los profesionales que habían permanecido en la zona gubernamental fueron sancionados a posteriori, como ocurrió con la autora del Plan de Bibliotecas Públicas de 1938, María Moliner; o con Carmen Caamaño, que fue separada del Cuerpo de Archivos y Bibliotecas.