El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, y sus consejeros de Medio Ambiente y Sanidad, Gregorio García Castañeda y Abdelhakim Abdeselam, izaron ayer en las playas de La Ribera y El Chorrillo por séptimo año consecutivo la Bandera Azul, distintivo al que se suma la enseña 'Q' de Calidad Turística (que ambas playas merecen desde 2011) y el estandarte ‘Ecoplayas’, que distingue a la primera desde 2009 y que sólo se concede a un arenal por ciudad.
Vivas destacó que la renovación “año tras año” de estos distintivos supone la “consolidación de un sello de calidad”, un hecho que es posible “gracias al esfuerzo de los diferentes servicios implicados”, a los que agradeció su trabajo, desde la Policía Local hasta Cruz Roja.
“Es relevante porque significa que la apuesta por la calidad se mantiene y consolida”, resumió el presidente, quien recordó que “lo verdaderamente importante no es obtener el reconocimiento que implican estas banderas; es mucho más difícil mantenerlo”.
El dispositivo de playas involucra a los departamentos de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas; Sanidad y Consumo; y Presidencia, Gobernación y Empleo, cuyos resultados reconocen instituciones “independientes”.
El presidente se felicitó porque la calidad de las aguas siga siendo “máxima”, como demuestra “la apreciación directa” y “los análisis sanitarios” e indicó que la Ciudad está trabajando para que los arenales de San Amaro y Santa Catalina también sean considerados zonas de baño.
“El uso de las playas, cuando están bien preparadas, se extiende desde la mañana hasta la madrugada, durante todos los meses del año y para múltiples formas de disfrute, lo que supone un acicate para seguir mejorando, especialmente en el ámbito de la accesibilidad, donde quedan todavía barreras por eliminar”, reseñó el líder el Ejecutivo local.