Las canciones que conocemos en el presente solo son posibles gracias a las que las antecedieron. Rememorarlas es fundamental por este motivo. Es por ello por lo que, conocer cómo eran en el Al-Ándalus no suena descabellado. Ceuta descubre cuáles eran este jueves en un concierto en el Centro del Mayor.
A partir de las ocho y media de la tarde de este jueves, los vecinos tienen la oportunidad de adentrarse en esta etapa histórica. El grupo Eduardo Paniagua trío trae estas melodías que transportan al espectador a aquella época de laúdes árabes, calles estrechas y mezquitas.
La música es un lenguaje universal que siempre ha permanecido junto al ser humano. Desde los vinilos o los casetes a las pistas de audio en plataformas digitales, las musas se las ingenian para permanecer al lado del hombre. Sin embargo, no siempre fue así. El repertorio seleccionado para la ocasión aborda esa variada amalgama cultural que representa el periodo andalusí.
Tres vertientes
La producción sonora cristiana, judía y musulmana componen las notas del evento. Bajo el título de ‘El viaje de Ziryab’, la actuación rinde homenaje al creador homónimo de la Escuela del Al-Ándalus del siglo IX.
El artista fue determinante en su momento. “Puso un ingenio y una elegancia que fecundaron el desarrollo de gran parte de las posteriores piezas europeas”, destacan desde el Instituto Mediterráneo de Culturas, impulsor de esta actividad.
Varios cientos de años después, el creador vuelve a la vida a través de las cuerdas y de la mañana de esta agrupación. El recorrido, que se desenvuelve a través de las diferentes siluetas del legado de las tres comunidades, se constituye como el inicio del III Festival de música y danzas históricas en la ciudad.
La figura histórica
Francisco Javier Sánchez, presidente de la entidad promotora del evento, ahonda en los motivos por los que se ha escogido a la figura histórica de Ziryab. “Cuando la Península era aún un crisol de culturas en formación, llegó a Córdoba. Su influencia marcó para siempre el devenir de esta disciplina artística, la estética y las costumbres en Al-Ándalus”, explica.
“Fundó en la ciudad lo que muchos consideran el primer Conservatorio de Música de Europa, donde formó a hombres y mujeres en técnicas vocales e instrumentales avanzadas”, prosigue. “Su método pedagógico incluía ejercicios de respiración, control de la voz y evaluación física del aparato fonador, lo que revela una concepción integral de este arte”, detalla.
Destaca entre sus contribuciones su aportación a esquemas rítmicos tanto en la recitación como en el canto, así como sus innovaciones en el acompañamiento musical. “Introdujo una quinta cuerda al laúd árabe, que es el antecedente directo de la guitarra española”, manifiesta.
El trío
Eduardo Paniagua, que da nombre al grupo, es vocalista, toca el salterio, la flauta y también el pandero. Los críticos lo definen como el artista que con más ahínco trata de recuperar las composiciones medievales. “Es, sin lugar a dudas, una de las figuras más relevantes en el panorama de la música antigua en todo el territorio”, expresa.
Inició su trayectoria con tan solo 16 años en Atrium Musicae. Implementa en sus grabaciones instrumentos como el ney, el oud y la darbuka. Es valedor del premio mejor intérprete de géneros clásicos en 2009 y acostumbra a tocar con otros expertos.
Esta vez colabora con César Carazo, especializado en la fídula, así como en el canto árabe, hebreo y cristiano. Es descrito como el máximo exponente nacional de medieval en los idiomas romances.
Se une a ellos dos Wafir Sheik, que interpreta los cánticos árabes y que conoce de primera mano el laúd. Ha tomado parte en diferentes agrupaciones procedentes de regiones como Asturias. Desarrolla paralelismos entre músicas de Sudán e Irlanda y de otros países.
Repertorio
Piezas como ‘Morena me llaman’, de raíces sefardíes orientales, o ‘Cantiga 193’ de Alfonso X el Sabio pasan por el escenario del centro. El repertorio confeccionado para el concierto aborda diferentes géneros.
Se resumen cuatro grandes categorías. La primera la erigen los cantos judeo españoles, que eran fundamentalmente dos tipos de canciones. Las primeras, eran compuestas con la forma de moaxaja para el Shabat.
Pertenecían a la edad de oro de la poesía de la comunidad en el siglo XII. Estaban destinadas a las festividades familiares o a las ceremonias en las sinagogas. Las segundas, eran romances y temas sefardíes anónimas. Han llegado al presente gracias a la tradición oral transmitida por los expulsados de la Península a finales del siglo XV.
Cristianos y musulmanes
El siguiente bloque pone el foco en la música cristiana, específicamente, en la obra las Cantigas de Santa María diseñadas por el rey de Alfonso X el Sabio. Los sonidos del Al-Ándalus moldean el tercero.
Moaxajas orientales, composiciones de amor, sufíes o de la Fiesta del nacimiento del profeta Mohammed marcan al conjunto. El último contempla el legado hindú. Su inclusión en el programa responde a la influencia que ejerce en el presente las melodías milenarias de esta comunidad.
Sánchez, al frente del Instituto Mediterráneo, cree que unir a Paniagua y Ziryab en un mismo evento “es reconocer que es posible una convivencia entre personas que no comparten cultura ni creencias religiosas e incluso parten de filosofías distintas”, incide.
Aportación
Considera que este concierto contribuye con la puesta en valor de las generaciones del pasado. “Todo este mosaico se cantó simultáneamente en un mismo tiempo y lugar”, destaca.
“Ello lleva a plantear que, si la música es capaz de hacer que las personas distintas se entiendan, respeten y se integren, que no podrán hacer las potencias internacionales para conseguir que esto vuelva a ser posible”, detalla.
Sánchez estima que la importancia de escuchar canciones de la Edad Medieval reside en que esta época “jugó un papel definitivo en la formación de España”. Señala que, obtener una visión global de la producción sonora de ese momento “tiene que tener en cuenta a estos pueblos” que “en el aspecto cultural y en algo tan intangible como este arte tuvieron una extraordinaria interrelación”.
Un puente
“Conocer tanto la memoria como la historia crea un puente entre el ayer y el hoy, vale para valorar y para reconocer el esfuerzo de los antepasados en mantener una tradición”, remarca.
El presidente de la entidad invita a los ceutíes a participar en el espectáculo y en el programa del festival. “La oferta que desde la Ciudad Autónoma se realiza es múltiple, diversa y de calidad, comparable en muchos aspectos a la de cualquier capital de provincia del Estado Español”.
“La propuesta que presenta este ente a la Consejería de Cultura cubre un espacio no brindado dentro de la agenda en el ámbito de la música. Esta iniciativa viene a satisfacer una parte de las necesidades de un sector de la población que es amante de este tipo de melodías”, reflexiona.
