Entender cómo se ha formado Ceuta a través de veinte millones de años. Conocer las particularidades de la tierra que se han fraguado a lo largo del tiempo. Son algunas de las incógnitas despejadas en la excursión geológica realizada por la zona del Sarchal.
La ruta, que conmemora el Día Internacional de la Geodiversidad, es una actividad que regresa tras un periodo en pausa. La finalidad es concienciar a la población sobre la importancia de su preservación.
Al mismo tiempo que se cumple con este propósito, la iniciativa pretende enseñar el patrimonio que reside en los entornos de la ciudad. “Todos los minerales ayudan a entender la evolución y los procesos que ha sufrido lo que actualmente es el Mediterráneo Occidental, lo que incluye las Béticas y el Rif”, explica Francisco Pereila, coordinador del proyecto.
Tecnología y senderismo
La idea, impulsada por la Fundación del Mar, cuenta con la colaboración de entidades como la UGR, la UNED, Septem Nostra o GestemaSur. Desarrollada en la jornada de este domingo, fusiona el senderismo con apoyos tecnológicos virtuales para mostrar elementos como la peridotita o el olivino. Ambos están presentes en edificios del mapa urbano.
Otro ejemplo llamativo de geodiversidad son los micro diamantes que se hallan en rocas, que proceden de condiciones ambientales de extrema temperatura y presión. Es también destacable una variedad de cuarzo.
“Se eligió el Sarchal para la excursión porque es relevante desde la perspectiva geológica. El material viene de zonas más profundas, en concreto, del manto de la tierra. Hay componentes que no aparecen en ningún otro sitio”, comenta.
Entender para valorar
“Es necesario que los vecinos comprendan la importancia de la geología local, sobre todo, si se tiene en cuenta que en una extensión de 19 kilómetros cuadrados. Son muy afortunados por contar con cosas tan diversas en un lugar tan pequeño”, recalca.
Proteger la geodiversidad es un cometido de suma relevancia. Detrás de lo que solo se ven como piedras, se sustenta un hábitat. Es imprescindible su conservación ya que de ella dependen otros seres vivos.
“Son elementos que, una vez que se explotan, no se vuelven a regenerar a no ser que pasen millones de años. Si se eliminan, desde nuestra perspectiva temporal, los perdemos”, destaca el experto.
La riqueza del Hacho
Uno de los enclaves que prueban su trascendencia es el monte Hacho. “Lo es desde el punto de vista de los animales y de los vegetales. Todos ellos necesitan un sustrato. La geodiversidad es la base de la biodiversidad”, subraya.
“Si no existe, no pueden vivir, no se pueden alimentar ni protegerse en él. Las comunidades biológicas lo tendrían mucho más difícil sin ello”. No son los únicos que se benefician del mismo. El hombre también.
De hecho, solo con un vistazo hacia atrás se ve cómo se han erigido grandes monumentos de la historia o cómo se ha impulsado la electricidad gracias al carbón. La tierra es un recurso muy útil que permite que el mundo se mueva u obtenga otros materiales necesarios.
Una invitación
Los minerales no solo se reducen a joyas. “La evolución humana se ha fundamentado en su aprovechamiento. Lo refleja la Edad de piedra, la de bronce o la de hierro. Todo ello es geología”, incide.
“Los vecinos deberían aprovechar y unirse a este tipo de excursiones. Se pasa por delante de estas rocas habitualmente. No se les presta atención. El patrimonio geológico es muy importante a nivel local, regional e internacional. Merece la pena conocerlo y apreciarlo sin que otros que vengan de fuera nos lo digan”, expone.
Pereila se siente agradecido por la participación que hubo en la jornada. A pesar de coincidir con varios eventos, en torno a noventa personas se apuntaron y recorrieron junto al equipo de la Fundación del Mar este rincón azul de Ceuta.
