La Ciudad nuna ha ocultado cuáles son sus preferencias en torno al
tránsito fronterizo, aspirando a una permanente prórroga de la petición del visado para poder entrar en Ceuta
cruzando el Tarajal.
En multitud de ocasiones el
presidente local, Juan Vivas, ha mostrado las consecuencias positivas de dicha restricción, traducida en los datos estadísticos obtenidos en áreas sensibles y asociados directamente al menor flujo fronterizo.
Con motivo de la celebración de la
feria del turismo -Fitur- en Madrid, el presidente Vivas aprovechará para intentar reunirse con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para conocer las previsiones que maneja el Gobierno central sobre la continuidad, de manera permanente, de las actuales condiciones para el paso de personas con la exigencia de visado.
En Marruecos existe una presión de la parte social que no ha encontrado trabajo
La prórroga sistemática en el BOE no es suficiente y
desde la Ciudad se quiere la garantía del modo en
que se seguirá aplicando dicha medida, tal y como han confirmado desde el entorno de la Presidencia a este periódico.
De igual manera, en dicho encuentro se abordarán los plazos y características de la aduana comercial que pretende instaurarse en este mes para canalizar un tráfico ajustado a la propia arquitectura del espacio fronterizo del Tarajal.
Para la Ciudad es clave conseguir una “normalización de la frontera” así como seguir “avanzando en el modelo económico” que, a grandes rasgos, se ha plasmado en el plan estratégico que fue presentado el pasado año tanto en Ceuta
como en Melilla.
Las medidas de restricciones son aprobadas por Ciudad y Delegación
Las ideas por las que apuesta la institución municipal van de la mano de la propia
Delegación del Gobierno ya que en asuntos de frontera mantienen similares criterios. De momento
se está permitiendo el tránsito entre ambos países únicamente a las personas que tengan regularizada su situación así como a las que dispongan de visado.
Una medida que, no obstante, choca con la propia inestabilidad
del norte marroquí ante la existencia de una población inquieta por esta restricción y que aspira a poder cruzar el paso solo con pasaporte, como se hacía anteriormente para el grueso asentado en el norte.
La falta de inyección económica para quienes vivían del comercio fronterizo ha creado una bolsa de necesidad que presiona socialmente para que se abra el tipo de flujo y no permanezcan estas restricciones que, de momento, sí se van renovando con el visto bueno de ambos países.