La comunidad musulmana celebra hoy la Pascua del Sacrificio después de un año en el que no se pudo hacer el rito y con las circunstancias especiales de una frontera cerrada que imposibilita cruzar a Marruecos como muchas familias hacían en otras épocas. La fiesta se ha tenido que acomodar a unas circunstancias especiales porque son momentos delicados en los que las restricciones siguen y deben seguir vigentes.
No obstante, el decreto publicado por Sanidad ha permitido dejar claro cuáles son las normas que deben acatarse en esta jornada, a pesar de la interesada manipulación y crispación ejecutada desde algunos frentes políticos, algo a lo que debe ser ajena la comunidad musulmana y el resto de la sociedad porque para enturbiar la convivencia nunca debe haber tiempo.
La falta de corderos suficientes sí que ha ensombrecido los preludios de esta jornada, aunque Sanidad confirmaba anoche que por su parte habían dado las autorizaciones que habían pedido los ganaderos, firmándose la llegada de estos animales para que pudieran viajar a Ceuta. Otra cosa es su transporte -algo que es competencia de los ganaderos-, o el hecho de que otras autoridades ajenas a las ceutíes hayan bloqueado o ralentizado la entrada de camiones desde Algeciras. Por parte de Sanidad se han autorizado las peticiones de los ganaderos y los veterinarios han cumplido con la firma de las mismas. El origen del problema de la carestía de borregos suficientes no hay que buscarlo en las gestiones del área del Gobierno ceutí, que ha llevado a cabo su parte de la labor que tenía encomendada.
A pesar de este trance, la comunidad musulmana tiene que hacer lo posible para celebrar una fiesta importante como se merece, un momento clave para el encuentro y reunión entre las familias que no debe quedar enturbiado por situaciones adversas sobre las que ya habrá tiempo para reflexionar buscando siempre la mejora.