La Navidad ha quedado oficialmente inaugurada en el Teatro Auditorio del Revellín con la visita del Ballet de Moscú para interpretar el gran clásico de la danza: El Cascanueces. Con una gran afluencia de público, los integrantes de la famosa compañía rusa han deleitado al espectador con la recreación de este cuento ambientado en un entorno navideño.
En una obra llena de fantasía; los protagonistas Clara y El Cascanueces han transportado al auditorio a un cuento fantástico lleno de aventuras y les han ofrecido danzas de una gran factura gracias a la coreografía original preparada por Marius Petipá y Lev Ivanov.
El Cascanueces cuenta con la música inconfundible de uno de los compositores rusos más reconocidos a nivel mundial: Tchaikovsky.
La combinación de calidad, compromiso, y pasión con y por el mundo del ballet hace que los artistas del Ballet de Moscú cautiven al público, exhibiendo una gran emotividad y la técnica más depurada de la escuela rusa.
Tres décadas sobre los escenarios
El bailarín y coreógrafo ruso Timur Fayziev fundó la compañía del Ballet de Moscú en 1989, formado por algunos de los más destacados bailarines y coreógrafos de los ballets rusos como el Bolshoi o el Stanislavsky. El Ballet de Moscú fue elegido por el genial Rudolf Nureyev en 1991 para su última gira por Europa. Hoy en día es una de las compañías más importantes y más internacionales de su país, habiendo hecho más de 60 giras en todo el mundo: Japón, China, Taiwán, Italia, Suiza, Inglaterra, España...
El Ballet de Moscú cuenta con un repertorio extenso donde destacan títulos como El Lago de los Cisnes, El Cascanueces, La Bella Durmiente, El Sueño de una Noche de Verano y sus últimas producciones: Carmen, Don Quijote y Romeo y Julieta.
La Compañía ha traído en esta ocasión un gran número de bailarines jóvenes, promesas de la danza rusa, encabezados por los grandes Olena Antsupova y Aleksandr Petrichenko. Tal como apunta Fayziev “buscamos artistas completos, con una técnica excelente y con capacidad para meterse dentro del personaje y conmover al espectador. La técnica por sí sola no sirve”.