La prisión debe entenderse como un entorno favorable a la reinserción del preso. Que en sus instalaciones pueda entrar droga choca directamente con ese fin y entorpece cualquier atisbo de mejora. La dirección de Mendizábal ha conseguido en estos años avanzar para lograr que este centro de Ceuta sea un auténtico referente. Y no lo ha tenido fácil, en el marco de la seguridad ha sido objetivo de muchas agresiones externas para desestabilizar su adecuado funcionamiento como ocurrió con el auge de los narcodrones.
La prisión tuvo entonces que blindarse. Lo hizo primero contando con la pericia y formación de sus funcionarios; después disponiendo de inhibidores y logrando un estrecho contacto con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para combatir una práctica que se convirtió en un grave problema de seguridad para prisiones de todo el país.
Ahora se ha conseguido dar un paso más gracias a la insistencia de la dirección para que Ceuta cuente con una unidad canina antidroga fija. Es un logro importante por los efectos positivos que tiene no solo en el decomiso de sustancias estupefacientes sino también en la disuasión.
Tras culminarse ayer la formación de los funcionarios en Burgos, entre ellos uno de Ceuta con su can especializado, se activará esta unidad fija. Hasta la fecha Mendizábal ha contado con refuerzos de funcionarios de la unidad que opera en Algeciras, cuyos resultados han sido muy positivos lo que apunta a que disponiendo de una unidad fija en Ceuta, la de Mendizábal será una prisión mucho más segura en cuanto a la posible incursión de narcóticos.
El empecinamiento de la dirección por alcanzar mejoras se materializa en decisiones que van llegando de manera gradual para que la cárcel de Ceuta sea noticia por todo menos por lo malo.