autor: Ana Isabel Espinosa

El día después de reyes magos, con las cajas –vacías– de los juguetes, sobresaliendo de los contenedores de basuras, se ...

Hablo por la boca de un muerto porque se me han revenido los recuerdos, desde que entré en el bajo ...

Con la entrega de los boletines de notas, se abre la temporada de caza de regalos, desfile de familiares a ...

No sé qué tendría que decir Herodoto de lo que pasa en el mundo. De los funerales de Mandela, del ...

Lo de la Porto me tiene jodida. Sí es tiempo de paz, ya lo sé y debería refrenar mis embestidas, ...

Si lo piensan bien, siempre estamos rodeados de concertinas. Yo lo estoy ahora que hablo con ustedes, porque me nublan ...

Andábamos por el mundo de la mano de Bush y por eso nos atascamos en una guerra que ni nos ...

Los sureños sabemos mucho de cómo montarla, somos de sangre caliente y ritmo en las articulaciones. Tal vez por eso ...

Si queremos ver la realidad, nada mejor que leer los ojos de un viejo. Se perciben en ellos canto de ...

Espiar no está mal, pero que te espíen, jode. Cuando llegó mi familia a la casa donde aún vivimos, teníamos ...