La Ley de Bienestar Animal, entrada en vigor en septiembre de 2023, aún genera en la calle cierta inquietud. Muchas personas que tienen mascotas se plantean hasta qué punto pueden actuar o no, unas dudas que también se trasladan por extensión a los vecinos de Ceuta.
Incluso existe una parte de la opinión pública que teme que las nuevas medidas inciten al abandono. La gente de a pie da un veredicto u otro en torno a la cuestión, pero, ¿cuál es el parecer de las asociaciones? Las entidades de la ciudad responden a esta cuestión a favor de la legislación no sin matices y desacuerdos. Es más, creen que hay un par de “flecos” que resolver, así como “mejoras” a efectuar, en especial. Asimismo, estiman que, más que el propio reglamento, el problema se encuentra en lo que señalan como falta de vigilancia en su aplicación.
Respecto a la influencia en sentido negativo de esta orden, sí consideran que ha sido un factor que ha tenido injerencia en la prescindencia, sobre todo, de perros. “Se ha percibido un incremento, posiblemente por desinformación sobre este código legal”, incide Marga Concepción Catarecha, una de las fundadoras de Chat Noirs.
Sandra López, directora de la Protectora, no ve “gran diferencia” en la ciudad. “Este edicto es necesario y básico. Quizá hay que ser más estrictos cuando son entregados en adopción y advertir de los costes. Tener un animal de compañía es una responsabilidad; hay deberes”, comenta.
¿Los ceutíes la cumplen?
No solo hay que reflexionar acerca de las cláusulas o el contenido de esta norma. Otro de los aspectos a debatir es cómo actúan los dueños frente a esta. “Aquí no se cumple con ella, en especial, con los felinos. Hay muchos sin identificar ni castrar. Las colonias siguen creciendo a causa de su abandono y de la falta de una supervisión efectiva a través del método CER. Este es otro tema bastante extenso del que se podría debatir”, menciona Catarecha.
López también coincide con sus palabras. “Hay una alta población que no la acata y que tiene a las mascotas sin chipar o vacunar. Hay un índice considerable de cría ilegal también que es muy patente en la raza malinois, que se está convirtiendo en un juguete roto. Hay que acrecentar los controles en esta línea”, manifiesta.
Una de las formas de eludir estas decisiones es la implantación de filtros. “Se ve mucha dejación de funciones e incluso miedo a inspeccionar. Creo que la Ciudad es incapaz de albergar a todos estos perros afectados”, remarca. La integrante de la asociación Chat Noirs directamente no estima que exista ningún tipo de filtro para frenar estas acciones.
Este ente ha tramitado en los últimos meses una serie de denuncias, en concreto, de un gato merodeador sin vacuna de la rabia y sin esterilizar; otro en la misma situación encontrado en una colonia y algunos más con chip, pero en la calle en un estado de “deterioro significativo”. La primera de todas las interpuestas está pendiente del expediente donde se vea reflejado que se han ejecutado los requisitos sin solventar y finalizó con un aviso de sanción. La segunda terminó en una devolución, pero no se localizó al propietario. “No se sabe qué ha ocurrido con él y quizás nunca lo aclaremos”, subraya.
El resto no han fructificado. “A pesar de cometer un delito no fueron multados porque nos los dieron”, recalca. “La mayoría de estos requerimientos caen en saco roto. Es frustrante”, cuenta. Su opinión genérica sobre la norma es que esta “no es perfecta” y que “ha dejado desprotegidos a los canes de caza y hay otras cosas que espero que evolucionan con el tiempo y tengan respuesta”. A su vez detalla que los felinos sí tienen salvaguarda a través de ésta, pero que “hace falta que se haga a nivel local un plan de gestión de las colonias acorde con la circunstancia que hay y que este se aborde entre la administración y el Colegio de veterinarios en colaboración con organizaciones independientes”, señala.
López no recuerda haber efectuado este procedimiento recientemente, pero sí en otras ocasiones. Solo han logrado una sentencia favorable para el animal. “La ley es un gran paso y una manera de regular el bienestar. Pero le faltan muchos flecos, mejoras y aclaraciones. Es aconsejable que se rodeen de las personas expertas. Además, no debería de excluir a los perros de caza o trabajo”, menciona.
Abandonos en Ceuta en los últimos meses en cifras oficiales
Las cifras más recientes apuntan a 23 canes dejados a su suerte en la vía pública de la ciudad. El dato incluye las recogidas del mes de noviembre, diciembre y la primera quincena de enero. El periodo posterior a la Navidad suele, de hecho, presentarse como un momento en el que aumentan estos casos. “Vienen después de esas fechas cuando ese capricho y regalo ya no es una novedad. Ahí es cuando empiezan a aparecer. Es responsabilidad de todos no tratarlos como meras cosas que se dan y educar a los hijos”, explica Catarecha. Este paradigma afecta a la capacidad de los centros dedicados a recogerlos y cuidarlos. López asegura que, por lo general, sufren un déficit de espacio.