Baltasar Quejia de la Vega murió un siete de enero de 1921, lo hizo en batalla y con una carta en el bolso en la que dirigía poesías a su amada. No sabía el legionario que esos textos inspirarían la canción enseña de la fuerza militar, 'El novio de la muerte', que 102 años después de aquel día sigue vigente y es uno de los principales símbolos de la Legión Española.
El autor de la pieza, Fidel Prado Duque, autor de cuplés y escritor de pequeñas novelas populares del Oeste o de espías, trabajaba para el Heraldo de Madrid cuando supo de la historia de Quejía de la Vega, uno de los primeros muertos de la legión. Conmovido no tardó en buscar un músico que le ayudara a componer el tema. El elegido fue Juan Costa.
En julio de 1921, 'El novio de la muerte' sonó por primera vez. Lo hizo en sesión privada para los oídos privilegiados de Lola Montes, canzonetista a la que Prado Duque se cruzó casualmente.
Se enamoró de la canción y no dudó en incorporarla a su repertorio, primero en un concierto en Málaga y posteriormente en la también ciudad autónoma de Melilla. El éxito fue inmediato y pronto la canción sería asimilada para la legión por iniciativa del teniente coronel Millán-Astray.
Su leyenda perdura hasta el presente y 'El novio de la muerte' es mundialmente reconocida como el himno de la legión. Inseparable de cualquier acto de la fuerza militar, la emoción se desborda cuando suena el : "soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tan leal compañera".
102 años después de aquel fatídico día para Quejia de la Vega y su familia, perdura en la canción su espíritu, que representa a todos los legionarios.
Serán 102 años, no 101...