Les invito a ver el espectáculo que se monta en la calle Alfau cuando los padres van a recoger a sus hijos a la salida del colegio.
Coches aparcados en la acera, vehículos haciendo cola, niños pequeños puestos a hacer pipí por sus progenitores, viandantes que quedan atrapados entre vehículos, personas en sillas de ruedas que deben esperar a que termine el dantesco espectáculo, carritos de bebé a los que se cierra el paso, rifirrafes entre conductores y vecinos, etc.
Me permito transcribir comentarios de una comunidad vecinal afectada por esta irregularidad permitida por el Ayuntamiento de nuestra ciudad:
—A partir de ahora voy a llamar todos los días a la policía cuando vuelva del trabajo y vea todos los coches aparcados en doble fila en nuestra calle. Antes de Semana Santa casi me atropellan con el carrito del bebé, otro día un hombre en silla de ruedas no podía pasar y no había nadie siquiera en el coche y hoy una mujer se le ha encarado a mi mujer a gritos por pedirle que moviera el coche por favor para pasar con el carro.
—Justo en la cuesta que sube (González besada) suele haber un policía que cumplirá ordenes de no multar a nadie.
—A un ciudadano que bajaba en silla de ruedas le hablaron despectivamente.
Paso yo, le pregunto, dice el hombre que llevaba ahí diez minutos intentando llamar la atención del conductor que estaba parado y cuando voy yo a hablar con él me responde que si tenía mucha prisa.
—Yo hablé con la policía sobre el tema. La respuesta: hay que hacer la vista gorda pues es peor el remedio que la enfermedad. Son 10 ó 15 minutos...me dio a entender que "son cosas que pasan".
—Mi perra estuvo a nada de ser atropellada.
—Yo también he tenido mis movidas y mi mujer igual, estuvieron un tiempo poniendo el coche en la misma puerta del portón del tal manera que no podía sacar ni el carro de la niña pero a diferencia del policía que te tocó a ti vecino, el que me tocó a mí vino hasta la puerta y lo multó y dijo que para lo que necesitara estaba ahí y suele estar en la misma puerta del colegio.
—Ya te digo, a mí me tocó la moral lo del hombre de la silla de ruedas y que casi me atropella otro coche que estaba en doble fila, que ya es el surrealismo total.
—Pregunté si podían poner bolardos y la respuesta del municipal fue que eso "es cuestión de la ciudad"
—¿Podemos poner bolardos de los que se recogen en el suelo cuando hay que pasar con un vehículo? Podría ser una solución si es viable.
—Pues yo también lo he llegado a pensar y sería una alternativa (me imagino que correría por nuestra cuenta ) y podríamos votarlo en la próxima junta porque si esperamos a la ciudad que solucione algo …
—Yo pienso lo mismo, es la ciudad la que lo debe hacerse cargo y tampoco sé si esa decisión podemos tomarla por nuestra cuenta y riesgo.
—Lo de los bolardos móviles es algo privado..Lo único que hay que hacer es pedirle permiso a la ciudad.
—El acerado que es donde invaden los vehículos es de la ciudad, ahí no podemos poner nada, podríamos instalar algo en el rellano que queda entre la acera y la puerta del garaje!; de todas formas si tuviera un coche en esa planta no querría tener un bolardo retráctil porque si ya nos falla la puerta a menudo, poner otro elemento electrónico-mecánico que también pueda fallar y no baje, no quiero ni pensarlo.
—Los que tenemos bebés y usamos carro tampoco queremos vernos en la tesitura de no poder salir del portal porque hay un coche habitualmente que parece que se va a meter en el portón como si fuese su garaje y a veces es que se van con toda su cara y dejan el coche ahí.
—Pasa en toda la ciudad. En el colegio del mixto, varias veces me han encerrado con el coche y el conductor desaparecido. Van sin ningún miramiento.
—Yo he visto a un padre poner a su hijo a orinar en la puerta del garaje, le llamé la atención y un poco más llegamos a las manos.
—Hay conductores que, en doble fila, hablan unos con otros y, si sus hijos tardan siguen la charla sin pensar que están en medio de la carretera.
—¿Y si viniera una ambulancia o los bomberos? Nos morimos o nos quemamos vivos.
—Lo mismo pasa algún día el coche oficial de nuestro querido Juan Vivas y sale a darle la mano a la ristra de conductores que campan a sus anchas. El presidente es muy amable y seguro que le da tiempo a hablar con conductores y afectados: nos dará la razón a todos.
Recordarle a los padres que en la marina se puede aparcar perfectamente si son capaces; además a sus hijos les vendría estupendamente esa caminata de 5 minutos.
¡AY, QUE RISA, MARÍA LUISA!