Dicen adiós a las salas blancas del hospital de Ceuta con un sabor agridulce. Amal Mohamed y Almudena Montes se van del clínico de Loma Colmenar no sin una maleta cargada de recuerdos y experiencias. Ambas están a punto de finalizar su etapa como residentes de enfermería.
Originarias de la ciudad, se han preparado para ejercer en el ámbito laboral. Las dos y cuatro matronas se despidieron este martes del resto del equipo sanitario que los ha acompañado en este trayecto.
“Estoy agradecida por haberla hecho en mi ciudad y por haberme sentido tan acogida aquí”, manifiesta la primera. “Lo cierto es que ha sido dos años intensos de mucho aprendizaje y de adentrarse en esta especialidad tan poco conocida”, expresa. “Ha sido una experiencia enriquecedora en todos los sentidos, tanto laboral como personal”, señala la segunda.
El adiós
Coinciden en los sentimientos que les ha evocado esta despedida en el salón de actos del HUCE. “Es un cúmulo de emociones por todo lo vivido en este periodo y por lo que nos espera a partir de ahora”, destaca Montes. “Es el culmen a una etapa muy intensa a nivel académico, profesional y personal. Muy contenta y con ilusión por empezar mi recorrido como especialista”, incide Mohamed.
Iniciaron su andadura el 23 de mayo de 2025 y la terminan de forma definitiva este jueves. El equipo del centro sanitario llevó a cabo un acto de celebración para festejar el fin de esta fase. A los seis se les ha entregado una serie de diplomas y obsequios.
No ha sido tampoco un camino de rosas pasar por este primer contacto con el día a día de la enfermería como residentes. Ha tenido también sus altibajos. Almudena advierte que este campo dentro de la sanidad no es sencillo. “Es duro y exigente. Por ejemplo, en cuanto a la teoría el aprendizaje está reglado a través del Instituto de Salud Carlos III en Madrid”, especifica.
“La que se ofrece son 24 meses enteros preparándonos en diferentes lugares tanto en el ámbito hospitalario como de forma externa en empresas con prestaciones de prevención de propios y ajenos, en concreto, he estado en la Refinería Cepsa en San Roque y en Quirón”, explica.
Enseñanzas
Amal se decantó por esta modalidad por “circunstancias” y tras valorar esta categoría como candidata. “Animada por mi familia, me decidí. A día de hoy, me alegra haberla escogido”, cuenta. Esta elección ha llevado a la residente a un camino de enseñanzas esenciales para su futuro desempeño como profesional.
“Se me ha formado para ser capaz de realizar una vigilancia tanto individual como colectiva, a prevenir cualquier tipo de enfermedad derivada del empleo y a promocionar hábitos que contribuyan a un estado de salud óptimo para cada persona”, remarca.
Montes seleccionó esta opción por varias razones. “Una de ellas es porque es imprescindible para poder ejercerla y otro porque puede hacer la labor de forma global con los pacientes, en este caso, trabajadores. Cuidar de quien vela por nosotros es importante. A veces nos olvidamos de ellos”, estima.
“He aprendido infinidad de cosas nuevas, sobre todo, he ampliado mis conocimientos en investigación. La unidad docente siempre nos ha incitado a seguir creciendo en este aspecto. He ido a muchos congresos tanto a nivel internacional como nacional. Si no hubiese realizado la especialidad creo que no hubiese tenido esa oportunidad”, reflexiona la residente.
Claves esenciales
Considera que la clave para desarrollarse como enfermeras en el día a día es “la empatía y el ingenio”. Detalla que, el hecho de tratar con trabajadores, hace que ambas sean necesarias. “Vienen en su jornada laboral en muchas ocasiones. Solo disponen de un rato para estar ahí, así que hay que aprovechar al máximo ese tiempo, atender su problema y hacer promoción de salud si es posible”
“Es la constancia y la pasión como en otros tantos asuntos vitales. Suena a cliché, pero todo se hace más llevadero cuando se ejerce desde el corazón y cuando ves que tras ese empleado existen unas circunstancias concretas”, señala Mohamed.
“Es importante saber escuchar y no minimizar nunca a quien tienes al otro lado. Percibo que en los reconocimientos médicos que muchos se sinceran, cuentan temas personales que con otros no comentan. Se crea una relación de confianza entre el trabajador y el servicio”, incide.
Almudena aconseja a quien escoja este terreno ir “con ganas de aprender y con la mente abierta”. Hace hincapié en que “son dos años duros de formación constante en horario laboral o no, pero es una vivencia única”. Amal recomienda absorber todo lo que esté en su mano e instruirse en profundidad sin olvidarse de “disfrutar mientras tanto”. La residente insiste en que “es una especialidad muy bonita, completa y con muchas salidas”.