Abderrahim Mohamed Hammu llega este jueves a Ceuta para presentar, en el Centro Cultural Estación de Ferrocarril a las 18:00 horas, su libro ‘Tendiendo puentes hacia una gestión publica efectiva de la diversidad religiosa en Melilla’.
En esta entrevista nos ofrece más detalles de este trabajo así como de su posible aplicación a nuestra ciudad.
¿Cómo se siente al presentar ‘Tendiendo puentes hacia una gestión publica efectiva de la diversidad religiosa en Melilla’ en nuestra ciudad?
Pues muy contento de presentar un libro que ha tenido resonancia aquí en nuestra ciudad de Melilla y luego en la Universidad de Almería. En la universidad lo hicimos a través de la Asociación Marroquí de Integración de los Inmigrantes y tuvo una gran acogida a través del profesorado y del alumnado.
Y esta vez, pues, toca Ceuta. Lo que cuesta son los preparativos previos de todo encuentro, de toda presentación. Esto me ha llevado casi un mes y medio de preparación, digamos, del aterrizaje a Ceuta.
¿Cómo nace este libro y qué se recoge entre sus páginas?
La idea de escribir este libro nació de un interés personal muy profundo por la religión y la estrecha relación que tengo y la cercanía con la realidad y con los representantes de las distintas comunidades asentadas en Melilla. A lo largo de estos años he tenido esa oportunidad de entablar amistad, trabajar de cerca con los líderes religiosos de nuestra ciudad y esto es lo que me ha permitido entender o conocer, mejor dicho, de cerca, todas estas realidades, preocupaciones y necesidades religiosas.
Por lo tanto, mi compromiso por entender la dinámica de la diversidad religiosa local y cómo ésta afecta y enriquece la gestión pública de la ciudad. Todo ello me llevó a investigar más a fondo esta temática y con el tiempo fui recopilando una gran cantidad de experiencia, de conocimiento, que finalmente plasmé en un libro de más de 335 páginas.
"Deberían de hacer más esfuerzos para tener más contacto con las diferentes comunidades"
Imagino que habrá conllevado un largo trabajo de documentación e investigación...
Sí, sí. Duró aproximadamente un año. No ha superado un año porque también me marqué una fecha límite. Es un libro subvencionado y he tenido el apoyo de la Ciudad Autónoma, concretamente de la Consejería de Cultura, Patrimonio Cultural y del Mayor.
También me he sentido apoyado por las diferentes entidades y comunidades religiosas. No solamente la musulmana, cristiana, judía, también he contactado con la hindú y con la evangélica y ese sentimiento se ha plasmado también en el libro, y cómo la realidad, el hecho religioso, debería de ser algo normal en una ciudad como Ceuta, en una ciudad como Melilla, y que la administración se implicara más. Yo soy consciente de que también en Ceuta, no solamente en Melilla, deberían de hacer más esfuerzos en ese sentido, de tener más contacto, más actividades, más encuentros, más coordinación con las diferentes comunidades asentadas en nuestras ciudades.
"Con el tiempo fui recopilando experiencia y conocimiento que plasmé en un libro de más de 335 páginas"
Entonces, según su opinión, aún queda mucho por hacer para lograr una mejor convivencia...
Por supuesto, por supuesto. Hoy por hoy, queramos o no, en tan solo los pocos kilómetros cuadrados que tenemos tanto en Ceuta como Melilla, las calles de las ciudades son fiel reflejo de una sociedad plural, acogedora, definiendo su idiosincrasia de ciudades multiculturales, también multirreligiosas, abiertas, tolerantes. Por lo tanto, queramos o no, también eso hace que la tarea tanto de una ciudad como otra sean plataformas, ¿no? Unas plataformas entre culturas y religiones que deberían ser mucho más importantes que su extensión y que su importancia demográfica y política.
En el trabajo final de la investigación, yo doy unas pautas de trabajo, una metodología para que la ciudad se implique más en el hecho religioso. Hay propuestas de gestión pública. Por lo tanto, el lector, el investigador, el político de turno encontrará propuestas de gestión pública, donde se fomenta más, se aboga, mejor dicho, a fomentar más el diálogo interreligioso, pero no solamente en fechas concretas, en acontecimientos concretos. Hay unas pautas de trabajo en donde se pueden desarrollar y fomentar este tipo de diálogo interreligioso. Hay que crear más sensibilidad sobre este hecho, no solamente genérico, sino trabajar con colectivos concretos como niños, como jóvenes, entre otras cuestiones.
"Hay que crear más sensibilidad y trabajar con colectivos concretos como niños, y jóvenes"
¿Considera que la educación juega un papel importante en la convivencia multicultural?
Radicalmente, yo soy un fiel defensor de eso precisamente, de crear esa conciencia ciudadana primeramente partiendo no solo de la sociedad en general, sino de la escuela. Por lo tanto, habría que educar también o crear tipos de talleres, de fomentar al profesorado en que se involucre más en este tipo de tarea, en este tipo de diálogo, en este tipo de reflexión sobre el hecho religioso. Radicalmente, por supuesto, por supuesto que sí.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta la administración pública en ese ámbito?
Bueno, generalmente el marco normativo. Aunque lo tengamos en genérico, habría que desarrollarlo más. Y segundo, creerse lo que uno pregona. Que el gestor del hecho religioso se crea verdaderamente este mensaje de la convivencia, este mensaje de la tolerancia, este mensaje de la apertura hacia el otro, este mensaje de reconocerse y conocer al otro. Por lo tanto, hay que creerse este tipo de mensaje y no solamente ante la galería lanzar este tipo de mensajes y dejarlos tal cual.
Es importante que todas las religiones presentes tanto en Ceuta, en Melilla, en la Península, se sientan mimadas, se sientan reconocidas, respetadas y fomentadas equitativamente y todo eso se consigue a través del diálogo.
El mensaje va dirigido a toda la ciudadanía en general, no solamente a los investigadores.