L a noticia adelantada ayer por El Faro en su edición digital es de tal gravedad que asusta. Y lo hace por partida doble: primero porque haya una persona que habiendo dado positivo en coronavirus no cumpla las órdenes de aislamiento y se niegue a permanecer en su domicilio, incurriendo en la posibilidad de contagiar a más personas. Segundo: porque se nos diga que la Ciudad está valorando presentar hoy una denuncia en la Jefatura Superior de Policía para que se actúe de inmediato. Es entonces cuando el mundo se descuadra para toda la población y ya no se entiende qué está pasando. Porque aquí no hay que valorar nada: si a una persona se le ordena estar en aislamiento en su casa y no cumple la medida está incurriendo ya en un delito de desobediencia, por lo que de inmediato, desde el primer momento en que lo ha cometido y se tiene constancia de ello, hay que ordenar su detención. ¿No detuvo la Guardia Civil a una persona por estar pescando en Benítez y negarse a identificarse? Lo hizo en minutos, ¿a qué se debe esta situación anómala que no hace sino generar una sensación de inseguridad y de hartazgo impresionantes?
Están muriendo personas, estamos ante una pandemia gravísima y debatimos los plazos para presentar una denuncia cuando no hay nada que debatir, ni estudiar, ni valorar. La reacción debe ser inmediata en casos como estos y en todos aquellos en los que se tenga constancia que alguien ha incumplido las medidas de aislamiento haya dado positivo o no en coronavirus. ¿A qué están jugando? Aquí no valen medias tintas con NADA ni con NADIE. La reacción debe ser inmediata. Tenemos un pueblo ejemplar, una ciudadanía que está en sus casas cumpliendo el aislamiento, dando un ejemplo brutal para que nos topemos con este tipo de situaciones, con estas flojas reacciones, con esta falta de contundencia. No, esta no es la actitud que esperamos. Todos los episodios de los que la Ciudad tenga constancia deben ser denunciados. Sin medias tintas.