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Soulaiman El Jaidi dice que es “víctima de errores” y “condenado como verdugo” por el “horrible” atraco a una joven que, asegura, él no cometió.
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El recluso rechaza la sentencia y denuncia las “contradicciones” en las declaraciones.
Soulaiman El Jaidi rechazó “rotundamente” una sentencia por conformidad a tres años y seis meses de prisión y ahora cumple una condena en el Centro Penitenciario de Los Rosales que le puede “arruinar toda la vida”. Este joven de 20 años se declara “víctima de errores” y denuncia que le quieren “condenar como verdugo” por un “hecho horrible” que, asegura, él no cometió.
En su defensa, el interno en la cárcel local firma una carta pública en la que clama por su inocencia y argumenta que existen “contradicciones de declaraciones diferentes” en los “autos y atestados” que obran en su “poder” sobre el caso. Unas incoherencias –a las que alude– que tiene oportunidad de exponer en un recurso ante la Audiencia Provincial.
Ante la magistrada del Juzgado de lo Penal número 1, El Jaidi ya negó los hechos, como se hizo eco este periódico el pasado 13 de julio. Él dijo en la Sala que no era el tipo que, cuchillo en mano, atracó a una joven amedrentándola para sustraerle el teléfono móvil y una mochila que llevaba para, después, escapar en una motocicleta. La noche del suceso declaró que estaba en la Almadraba junto a otros amigos y que estuvo por varios puntos de la ciudad autónoma hasta que, a bordo de una moto, la Policía le detuvo vinculándole con este suceso.
El ahora recluso mantiene entre rejas la misma versión de lo ocurrido. El Jaidi se define como alguien que, como indicó en su misiva, “nunca le he hecho daño a nadie en toda mi vida” y es “totalmente inocente” sobre lo que se le “imputa”. Este joven asevera que este caso le ha “destrozado el alma, mi vida y la vida de mi familia desde hace más de ocho meses que llevo ingresado”. Tras recordar que se opuso a admitir la pena el preso reitera que, “no acepto ni aceptaré ningún veredicto que no sea mi absolución total porque no le he hecho daño a nadie”.
El Jaidi confiesa en las líneas manuscritas que le “apena mucho” lo que le haya podido pasar a esa chica y lo que habrá “podido sufrir” por unos hechos que se enmarcan en una oleada de atracos violentos muy similares que terminó generando una auténtica movilización social en contra de la inseguridad. Sin embargo, El Jaidi no entiende cómo la chica atracada fue “capaz” de señalarle a él como autor. “Solo me queda por pensar que pueda existir algún parecido entre ese malhechor y yo, porque a otra cosa no le veo sentido”, concluye.
El interno rechaza la acusación de un delito “tan asqueroso” que está haciéndole volverse “loco” ingresado en prisión desde hace meses “sin comerlo ni beberlo” siendo algo que no desea a nadie. “¿Cómo una tarde de paseos y con amigos acaba siendo una desgracia?”, se pregunta.