Hemos entrado en tiempo de Cuaresma, tiempo de penitencia, de purificación, de conversión. ¿Existe una mejor manera de comenzar la Cuaresma que renovando la fe, la esperanza y la caridad?.
Ayer fue Miércoles de Ceniza, pistoletazo de salida para ese tiempo que cuenta los días al revés. En estos días escucharemos a Jesús, especialmente en los rostros de quienes necesitan ayuda y en sus historias personales, cada uno la suya. Tenemos el deseo de escucharte cada día en el evangelio, Señor.
¿De qué discutís en este camino? Os pregunta, Jesús, y os pregunto yo, este pobre gacetillero. Y es que parece ser que aquí hay una disputa entre quien es más importante, como cuando Pedro, Santiago y Juan fueron testigos de la transfiguración en el monte Tabor y no querían contar nada de lo allí ocurrido, parecía que por eso se sentían los elegidos, los importantes. O como Pedro al que había prometido poseer las llaves del Reino de los Cielos.
Pues bien, si queréis saber quien es más importante, sabed que tenéis que ser como niños. Como reza el lema de mi Hermandad, Dejad que los niños se acerquen a mi…
En la plazuela de me lo han dicho, esquina con me lo han contado, el ángelus de la tarde ha espirado el Espíritu de Dios en Manzanera, su aliento ha preparado todo para que nuestros corazones con la llamada de Dios vivo se conviertan en penitencia de gloria por una verdad que descubre nuestra razón de ser. Ceuta se ha preparado para este ENCUENTRO, ha esperado un año entero, sintiendo en cofrade, ha soñado en sus adentros con este día, el que pasó ayer, el que recuerda ese puñado de años compartidos.
La llamada del ángelus hace que el martillo de testimonio de fe cristiana, ¡Cofrades de Ceuta!, ni siquiera soy capaz de acercar mi mano al llamador, no creo que merezca alzar los ojos y decir las palabras que esperáis, no puedo hacer que se levante el paso de nuestra promesa, porque soy un nazareno más, un cofrade más que lleva la cruz de sus culpas y que quiere pasar callado y desapercibido por las calles de Ceuta. No puedo exaltarte, tierra mía, porque el pregón que anuncia tu fe lo haces tú cada día en cada casa y en cada familia. Yo no puedo contar lo que tú esperas, querida ciudad y queridos paisanos, porque nunca llegaré a llamar tu paso. Él me enseñó solamente a dar gracias, y a eso vengo, sin ninguna pretensión, a dar gracias.
A mi Padre Nazareno me encomiendo
que mi fe le de las gracias
porque ha sido mi padre ya en la cuna
arropando mis pañales y mi alma,
porque fue el primero al que le dije
las palabras que aprendí
sin pronunciarlas,
Padre mío de los cielos infinitos
aquí estoy para siempre
darte gracias.
El almanaque ha corrido por el filo de las almas a los campanarios junto a las torres más altas y anuncian a toda Ceuta, entre olivos y entre palmas, que los vientos han cambiado y han cambiado las estampas, que los fríos del invierno ya son luz tras la borrasca…
El sí que dí a mi hermandad, el compromiso de estar aquí, al menos los días grandes; me compromete con mi pueblo, y me trae hoy de nuevo a mi casa, a mi tierra, a este periódico, diario, Faro y guía de la ciudad, dónde tantos buenos momentos hemos compartido, para que de rienda suelta al canto de las inspiraciones que las musas me trajeron hasta mi mesa de trabajo, dónde mi orfebrería poética, mi humilde rincón de letras, ese donde soñé ser uno de aquellos ceutíes que solicitaron a don Pedro de Meneses la venia para poder seguir viviendo en este pedazo de tierra cristiana unos días más, y poder sentir la fe de mis ancestros…
Alguna vez se nos ha tachado a los cofrades, a la juventud o a esa buena gente de abajo que hacen vibrar al pueblo, tan falto de emociones; la falta de fe y práctica cristiana, envuelta en una fe vacía, llena de folclore y poca chicha.
¡Qué equivocados están!, ¡No juzguéis sin conocer!, esta juventud comprometida siente profundamente lo que hace. No echemos la culpa a los otros. Como decía aquel, “echame a mi la culpa de lo que pase, cúbrete tú la espalda con mi dolor…”. Ya sabéis hermanos, que como dice el dicho el viejo mal hablado hace al niño desvergonzado…
Si yo pudiera parar el tiempo
igual que se paran las olas del mar
yo pararía en este momento
aquellas bambalinas
que saben redoblar
en mis sentimientos
y hacen que sin remedio,
mis sueños vuelvan a aflorar,
y suban a su palmera
chicotá tras chicotá.
Esta historia comienza con 54 años de menos, ¡Qué barbaridad!, lo mejor de una vida, la juventud, ese tiempo tan feliz en el que se ve todo color de ESPERANZA, en el que se van forjando nuestras vidas y nuestros corazones, preparándose para afrontarla. Esa vida que pasa y no has notado que has vivido cuando ha pasado…
Como decía antes, “Dejad que los niños se acerquen a mi”
Los niños son la esperanza
de toda la raza unida
Jesús así lo decía,
Jesús así lo decía.
Los niños, por Dios mis niños…
Son tas puros los niños y tan inocentes que son capaces de abrir el alma a la fantasía para con ella ir aprendiendo el complicado arte de la vida y sus futuros sinsabores; ¿Verdad, querido hermano?, son tan puros de verdad los niños y tan huérfanos de maldades que como refugio a sus corazones limpios, el Señor creó en Ceuta un patio con cuatro naranjos, con una cancela donde siempre se huele a incienso y azahar y donde se comen los mejores bocadillos las tardes-noches de cuaresma, un patio o cancel, siempre cubierto por un cielo azul celeste preludio de mañana de Domingo de Ramos, dónde unos metros más adentro vive una Madre pendiente de los que la necesitan y añoran su manto protector más allá de la Cuaresma…
...El almanaque ha corrido por el filo de las almas a los campanarios junto a las torres más altas y anuncian a toda Ceuta, entre olivos y entre palmas, que los vientos han cambiado y han cambiado las estampas, que los fríos del invierno ya son luz tras la borrasca…
Y otra vez el mes de Marzo
reina sobre la alborada
Ceuta se ha despedazado
buscando cantos y palmas,
porque barrunta la gloria
del tiempo de los hosannas…
Es el tiempo de los cirios
del montaje de la plata
de los rezos del Via-crucis
y de cuadrillas que ensayan,
es tiempo de los cabildos
del racheo de alpargatas
de los carteles de cultos
y los conciertos de bandas,
por fin ha llegado el día
de poner en la balanza
todo lo bueno y lo malo
que el corazón nos demanda,
porque es tiempo de encontrar
el fin de aquella muralla
que busca por el Otero
pirámide de esperanzas,
dejaros de tonterías
banalidades sin casta,
como si fuéramos niños
huérfanos de la nostalgia
y lucháramos sin rumbo
por un martillo de plata…
No puedo exaltarte , tierra mía, porque el pregón que anuncia tu fe lo haces tú cada día en cada casa y en cada familia. Yo no puedo contar lo que tú esperas, querida ciudad y queridos paisanos, porque nunca llegaré a llamar tu paso
Así es la fe, inexplicable, y así es esto de sencillo, una promesa a los cielos y a caminar tras un Cristo, porque creo que Cristo vive entre nosotros, creo en su imagen humanizada a través de la historia, creo en las cofradías que saben mostrarnos a Dios y creo en Ti, Moreno de Manzanera, Morado Lirio del jardín de la Argentina, Africano Redentor, Soberano Fervor, Dueño Tú del sol y de la luna, Señor del Tiempo, Ceuta toda entera a horcajadas sobre una borriquilla.
Creo desde entonces por Ti, Padre mío, porque humana es la vida por la arcilla, creo en Ti, Señor sobre una borriquilla.
Creo en Ti, porque llenas mi vacío
Tú gobiernas poder y señorío
Marinera Palma sobre tu canastilla,
creo en Ti Morena Seguidilla
vencedor de mi eterno escalofrío…
Si Tú quieres
mi voz será tu canto
y la ofrenda
que en Ti se deposita
amparo como entonces
de mi llanto,
Tu sabes que mi fe
te necesita
por eso el Domingo
de los Ramos
vuelve siempre
y espérame
al salir de tu capilla…
Ahora, hermanos, paisanos, ya cercano el final de este humilde artículo cuaresmero, sólo me queda pediros disculpas por haber tenido la osadía de presentarme ante vosotros con la vieja túnica de mis recuerdos y el cíngulo gastado de mis emociones.
Vuelvo los ojos a Ti, Virgen Bendita de la Palma, como lo hago ahora y como lo hago siempre, para agradecerte todo, mi vieja medalla, mi túnica blanca, el ejemplo de mis padres y el apoyo fiel y constante de Beatriz, mi esposa, mis niños y mis niñas…, mis torpes versos, mi voz quebrada. Vuelvo mis ojos a Ti, Virgen Bendita de la Esperanza que reflejan tus ojos porque se que mientras pueda mirarte no me faltará la LUZ, y mientras Tu me mires, de alguna manera seguiré estando contigo.
Que no me falte, Señora
la luz de tus ojos vivos
ni el fuego de tu mirada
ni tu consuelo bendito,
ni el amor que hay en tus manos
y en tus lágrimas de vidrio…
Que no me falte, Señora
ni tu aliento, ni tus mimos
que no hay sendero que ande
si Tú no vienes conmigo…
Hermanos cofrades, seguid cumpliendo vuestros sueños, nunca tiréis la toalla si se os cierran las puertas, sabed que vivimos tiempos difíciles y no está bien visto ser cristianos y mucho menos cofrades, nunca abandonéis vuestro cofrade empeño. Seguid reforzando la gran familia cofrade de Ceuta, mi ciudad querida, repartid esta tradición de padres a hijos, de abuelos a nietos, sed generosos con la fe que se os ha regalado…
Eres bullicio de Martes
cuando doblan las campanas
eres sabor a canela
cuando besamos tus plantas,
eres barroco suspiro
cuando te encuentras mi alma
eres mecido de arte
sobre tu trono de plata.
Eres Tú porque lo eres
lo mejor de nuestra casa
y eres la imagen de Dios
cuando tu pueblo te aclama
eres mi Cristo triunfante
Nazareno de mi alma
el Padre de la discordia,
sobran todas las palabras…