El Ministerio de Justicia debe recapacitar muy mucho sobre las condiciones en las que tiene a los territorios bajo su manto, como es el caso de Ceuta. Y no solo por las absolutas carencias existentes a este lado del Estrecho sino también por la falta de soluciones aportadas lo que no hace más que reforzar el muro existente.
Sucede por ejemplo con la falta de efectividad del CAU (Centro de Atención al Usuario) al que deben recurrir los funcionarios de Justicia para, entre otros fines, trasladar sus quejas, sugerencias y problemas informáticos. ¿Qué sucede?, que literalmente no funciona.
Con un ejemplo práctico quizá puede entenderse mejor hasta qué punto la situación es grave. 9:30 horas, un funcionario tiene un problema en su trabajo con las claves de acceso y lo comunica al CAU; doce de la mañana, todavía no ha obtenido respuesta después de que una máquina le comunique que su petición será “atendida en breve”. Y así con todo: o sucede esto o los afectados no tienen siquiera la posibilidad de dar a conocer a la central los demasiado corrientes problemas informáticos que se producen.
CCOO-Justicia deja claro que los informáticos que hay en Ceuta no tienen culpa de ese pésimo funcionamiento del CAU: “Todo lo contrario, son los que solucionan la papeleta la gran mayoría de las ocasiones”, indica el sindicato en declaraciones a El Faro de Ceuta. Es más, ellos mismos tienen que abrir una incidencia al CAU antes de poder actuar.
Así, las incidencias son cuantiosas -algo que estadísticamente recoge el CAU- pero las resoluciones evidencian una falta de efectividad clara.
La sección sindical en Ceuta indica que este centro se creó con el objetivo principal de facilitar el soporte tecnológico a los usuarios a través de una carta de servicios ofertados de manera interna, donde se dirigen las quejas, sugerencias y problemas informáticos, para que sean gestionadas las peticiones y se dé una solución. “Pues bien, cada vez que llamamos a los teléfonos del mismo, nos piden datos personales a través de una máquina y nos tienen a la espera para abrir la correspondiente incidencia. Espera que se hace eterna y al final desesperados tenemos que desistir”, puntualizan.
La vergüenza de este anómalo funcionamiento tiene sus consecuencias directas en el trabajo de todos pero además repercute en el ciudadano, porque por ejemplo ha habido fallos informáticos que han dado pie a suspensiones de juicios o repeticiones de declaraciones, sin que los magistrados hayan podido acudir a este centro para una resolución pronta y adecuada.
La Justicia en Ceuta va sumando más puntos negativos en esa gruesa cadena de deficiencias que arrastra. De esto bien sabe CCOO-Justicia que lleva años denunciando la cantidad de tiempo que se pierde en cada jornada laboral en resolver cuestiones técnicas y trasladar incidencias. No encuentran ni una respuesta rápida del centro.