Hay noticias o sucesos que afectan a la intimidad de las familias y, por tanto, deberíamos reflexionar sobre la idoneidad de publicarlas en medios de comunicación o redes sociales. Me refiero a sucesos que no aportan información relevante a los ciudadanos y, sin duda, causan dolor a los familiares.
No es la primera ocasión que una persona se entera de la muerte de un familiar directo al publicarse en las redes sociales o medios de comunicación llevados por ese afán en “sacarla primero” como en las películas del viejo oeste, sin pararse a pensar que los familiares del fallecido prefieren ocultar la causa del fallecimiento por protección psicológica de los padres, hijos o menores del fallecido.
Informar del motivo de la muerte de una persona, la profesión y domicilio no aporta ninguna información relevante a los ciudadanos y, mucho menos, que hagan alusión a cómo ha sido, sobre todo en una ciudad en donde todos nos conocemos. Se trata de no sobrepasar una línea que afecta íntimamente al ámbito familiar y de no generar más dolor a las familias, algo que, al parecer, no han valorado los informadores.
“Respetar que las familias puedan decidir cómo trasladar a los seres más allegados el fallecimiento de un familiar es un acto de responsabilidad y generosidad de los que conocen con certeza la noticia y, sobre todo, la mejor forma de trasladar a las familias su apoyo y respeto”
Dudamos y mucho que “fuentes del Instituto Armado” den información a CeutaTv sobre la muerte de un agente, lugar del deceso y parecer de los familiares sobre si habían detectado alguna señal que apuntase al fatal desenlace, pero si es así, desde AEGC pediremos las explicaciones debidas, porque desde la Dirección General de la Guardia Civil se insiste en que la discreción es un valor primordial en nuestra Institución.
Hace unos días leía que había números estudios que aconsejaban no comunicar determinadas noticias relacionadas con una muerte en los medios de comunicación y redes sociales, porque pueden incrementar de forma potencial la probabilidad de nuevos actos en personas vulnerables, siguiendo el principio de imitación de conductas. Un motivo más para valorar este tipo de informaciones.
En definitiva, entendemos que respetar que las familias puedan decidir cómo trasladar a los seres más allegados el fallecimiento de un familiar es un acto de responsabilidad y generosidad de los que conocen con certeza la noticia y, sobre todo, la mejor forma de trasladar a las familias su apoyo y respeto. Lo otro es lo contrario y, por supuesto, también tiene un nombre.