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Tras la doble agresión protagonizada por un rebuscador, denuncian la presencia de delincuentes que se cuelan en los portales
La noche del lunes, las alarmas saltaban en Otero. Un rebuscador de basuras, de sobra conocido en la zona, agredía a dos personas haciendo uso de una botella y una navaja. Hoy, esa persona, identificada como H.K., de 58 años, cumple prisión preventiva a la espera de juicio y a la espera de conocer cuál será la calificación definitiva por sus acciones criminales.
El protagonismo mediático se ha apagado poco a poco, pero no así el malestar y el miedo de los vecinos, residentes en los Pisos Militares, que llevan tiempo comunicando su malestar por la inseguridad en la zona. Las continuas llamadas efectuadas al 112 o a la Sala del 091 lo verifican. Varios de esos vecinos han hablado con El Faro. Y lo han hecho para encontrar un hueco con el que denunciar esa situación de inseguridad. Dicen que allí se refugian individuos que huyen de la Policía, y que además el lugar se ha convertido en un punto de venta de drogas. “Vienen individuos de fuera a buscar problemas, se quedan hasta las tantas armando jaleo. Todas las noches en la entrada se ponen a fumar, esnifar, beber...”, denuncian.
Y así se generan broncas, enfrentamientos, roces más o menos violentos que tienen de protagonistas a personas que, como el autor de estas agresiones, está bajo los efectos de drogas, alcohol o simplemente es violenta.
“Ahí están nuestros hijos jugando, personas mayores, gente buena. No tenemos por qué consentir esto y vivir con este miedo”, añaden. Rebuscadores de basura se quedan a dormir entre cartones en el suelo, los vecinos de los Pisos Militares denuncian que la mayoría de portales no se pueden cerrar, con lo que estos individuos terminan entrando a pasar la noche. Los afectados reclaman, además de mayor presencia policial, que cierren el patio para que así no puedan entrar estas personas que, añaden, generan mucha inseguridad entre los residentes.
“Hay muchas urbanizaciones militares cerradas en Ceuta... Sólo pedimos o exigimos tranquilidad porque esto va a ir a peor. El 112 y 091 tienen millones de llamadas de los vecinos. Se ponen a consumir estupefacientes en los patios gente de fuera con nuestros hijos jugando al lado. No es gente buena. Hace un mes a una vecina con su hijo la encañonaron con una pistola para robarle, una ya no sale tranquila ni para bajar la basura”, lamenta.