España continúa siendo el principal puerto de entrada de cocaína y uno de los mayores consumidores europeos de esa droga, aunque su uso ha disminuido por los programas gubernamentales y la “débil economía” del país, según el informe anual del Departamento de Estado divulgado ayer. En su documento sobre lucha antidrogas, Washington destaca que “la incautación de alijos en contenedores en la primera mitad de 2010 excedieron a los de todo 2009”, en la mayor parte procedentes de Sudamérica. El consumo de cocaína, añade, se ha reducido por los “efectivos programas para reducir la demanda y la debilidad de la economía española”. Asimismo cita Ceuta y Melilla como enclaves de pase de hachís.