Algunos, al hacer declaraciones en los medios de comunicación, no valoran el efecto que pueden causar sus palabras en distintos colectivos. A veces, piensan solo en quién les preocupa en primera instancia y olvida a los que tiene más cerca. En el caso de Ceuta y Melilla, estamos dolorosamente acostumbrados a que no se calibren las consecuencias de las citadas palabras y éstas terminen afectando, no solo a ceutíes o melillenses, sino a miles de personas en toda España que siguen con preocupación las incidencias de estas dos ciudades españolas. Y cuando el que habla o escribe ocupa un alto cargo en la Administración, el asunto es aún más preocupante.
Como es sabido, Bernardino León es un joven diplomático español que, después de distintos cargos en África o Europa y desempeñar la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores con el ministro Moratinos, pasó a ocupar la Secretaría General de Presidencia, lo que le situó en el entorno del Presidente Zapatero. Es militante del PSOE con cargos en el partido de su Málaga natal y, desde luego, con gran futuro político.
El pasado mes, Carlos Herrera invitó a Bernardino León a su programa matinal en Onda Cero y le hizo una entrevista que tuvo amplia repercusión en los medios. Ha sido interesante repasar con detalle la grabación, porque cuando el citado periodista le preguntó por Ceuta y Melilla, el paraguas protector de la ONU y la campaña desatada por Marruecos contra aquellas ciudades, el diplomático que contestaba con seguridad a todo, comenzó a divagar con algunos balbuceos incluidos, hasta el punto que Carlos Herrera le repitió la pregunta para reconducir la entrevista.
La parte más difícil del diálogo para el invitado fue la que hizo referencia a la posición de España respecto a la escalada marroquí en cuanto a las reivindicaciones sobre las ciudades españolas. Aquí, Bernardino León destacó la colaboración fronteriza entre los dos países en lo que se refiere al terrorismo y otros problemas, puntualizando que el verdadero enemigo común es Al Qaeda.
Es evidente que Carlos Herrera, en su mejor tradición, se interesaba realmente por los conflictos con Marruecos a propósito de Sahara o Ceuta-Melilla y no por la reunión de grandes empresarios en La Moncloa, tema con el que empezó la entrevista, así es que preguntó al Secretario General si descartaba alguna solución tipo Perejil en caso de ser necesaria. La pregunta era difícil y el diplomático intentó sortearla de forma algo distendida, diciendo que Perejil “permitió sacar conclusiones de por donde no deben, nunca mejor dicho, ir los tiros” con Marruecos. Bernardino León fue además categórico al descartar cualquier peligro de conflicto con dicho país.
Después de haber estudiado atentamente la crisis de Perejil, sobre la que el Archivo General de Ceuta publicó en 2005 una tesis doctoral titulada “El conflicto del Perejil”*, me referí a dicho incidente en dos capítulos de mi libro “Ceuta en su laberinto”* , por lo que las declaraciones de Bernardino León y en especial sus respuestas, me interesaron inmediatamente. Aparte de que en Perejil no hubo tiros, la contestación va en la línea gubernamental de ofrecer diálogo ante las poco amistosas declaraciones marroquíes. Pero no estoy de acuerdo en la cuestión de fondo. A muchos españoles les habría gustado oír algo así como “Pienso que no sería necesaria una acción como la de Perejil, porque Marruecos y España son dos Estados amigos. Pero es evidente que cualquier país que vea vulneradas sus fronteras o simplemente alterado el statu quo, reaccionaría en defensa de su propia integridad territorial”. Sin embargo, la respuesta de Bernardino León parece acertada en el contexto de la renuncia a la violencia como principio general, pero dentro de esa política de apaciguamiento que se sigue por el gobierno socialista, también sería necesario añadir, de alguna forma, que hay líneas rojas para España que no deben cruzarse. Dada la peculiar diplomacia marroquí, creo que esta aclaración tan sencilla faltó en la intervención del Secretario General de la Presidencia.
Algunos opinan que la presión sobre España por las ciudades de Ceuta y Melilla no pretende la cesión inmediata de ambas, sino que el objetivo último es el Sahara occidental y la posición informativa y política española, pero siempre es conveniente aclarar definitivamente los asuntos.
*“El conflicto del Perejil” de Inmaculada Szmolka. Archivo General. Ceuta, 2005. Los capítulos son “El incidente de la Isla de Perejil” y “Reflexiones sobre el incidente de Perejil” en “Ceuta en su laberinto”. Interservicios, Ceuta 2005.