Una de las preocupaciones del personal de la sanidad, en primera línea de batalla en Ceuta contra el coronavirus, es el altísimo riesgo de contagio al que se expone por su profesión.
La única forma de evitar que los trabajadores de esta actividad esencial se conviertan en un foco involuntario de transmisión del COVID-19 es mediante la dotación de recursos de protección y la realización de pruebas diagnósticas como son la ‘Reacción en Cadena de la Polimerasa’, conocida como PCR, y los test rápidos.
En Ceuta, el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) hace la PCR atendiendo al protocolo establecido y siguiendo dos indicaciones: por un lado, que el sanitario presente una “sintomatología sospechosa” de que pueda tener la enfermedad; y, por otro, por “contactos estrechos”, es decir, cuando alguien llega al Hospital y ha estado expuesto a él aunque tuviese la protección.
Tal fue el caso de parte del turno del Servicio de Urgencias que atendió al décimo positivo antes de ser confirmado como tal, según ha detallado Ingesa. Hasta el viernes, entre 15 y 20 sanitarios permanecían en cuarentena, según los datos que barajó el consejero de Sanidad, Javier Guerrero. Una información que la Delegación del Gobierno no tuvo a bien solicitar en la comparecencia de Guerrero y el director territorial de Ingesa, Jesús Lopera, un día antes.
Con estas pruebas diagnósticas, la sanidad pública local quiere determinar, en primer lugar, que los sanitarios que encajan con los dos supuestos son positivos o no por coronavirus, y, en segundo lugar, “para que no tengan que estar aislados mucho tiempo sin necesidad y se reincorporen a sus puestos de trabajo”.
PCR realizada en Ceuta y muestras enviadas a Madrid
La prueba que realiza Ingesa a los sanitarios es la PCR, se efectúa en Ceuta de acuerdo con los protocolos del Ministerio de Sanidad, según la institución sanitaria. Aunque no todas se procesan en la ciudad autónoma, como añaden estas fuentes oficiales, porque otras muestras se envían al Instituto de Salud Carlos III en Madrid.
Sobre el dato que Ingesa pasa de puntillas es acerca del número de pruebas practicadas a los sanitarios, en sintonía con la falta de información sobre los reactivos que quedan para la realización de un mayor número de PCR y cuántos van a llegar.