La Guardia Civil está detectando en las últimas semanas acercamientos aislados de pequeños grupos de subsaharianos hacia la valla. De momento, y salvo el grupo de cuatro francófonos que hace un mes consiguió entrar en Ceuta de este modo, no se ha producido otra nueva burla del control. Según los informes realizados por la Benemérita, tampoco se han detectado asentamientos como tal en los bosques cercanos al perímetro por lo que se entiende que estas intentonas formarían parte de las llevadas a cabo por los mismos subsaharianos que están buscando la entrada por vía marítima. Al no conseguirla, en algunos casos, buscan hacerlo saltando la doble valla que serpentea los más de ocho kilómetros de perímetro fronterizo.
La vigilancia mantenida en el COS es la misma sin que se haya ordenado refuerzo alguno a pesar del temor existente a que el invierno pueda suponer un repunte en las entradas desarrolladas por el vallado.
La presión migratoria es clara este año. Tal y como informó este medio el pasado domingo, sólo desde el mes de abril hasta la actualidad se ha registrado la entrada de 512 subsaharianos. En estas cifras no se incluyen los que han sido rechazados en plena travesía ni los marroquíes que nada más ser interceptados son expulsados a Marruecos en aplicación del tratado vigente.