La publicación, ayer, de la resolución del SEPE para los Planes de Empleo de la Ciudad supone un paso importante para la puesta en marcha de unos programas esperados, cuya no funcionalidad ya está generando problemas en áreas concretas de la ciudad. La clave de todo esto es la falta de empleo estructural, lo que lleva a depender de este tipo de alternativas laborales que van a marcar, de entrada, el inicio por ejemplo del curso escolar. Ya son varios los centros que se han quejado por la forma en que comenzarán las clases. Se pone a disposición de la Administración cerca de 3,4 millones para la puesta en marcha de unos programas que se van a desarrollar de forma distinta al Plan que tiene que gestionar la Delegación del Gobierno. En una ciudad con récord de parados, cualquier alternativa laboral es clave en muchas familias. Esa misma importancia se extrapola a la situación de carestía que afecta a muchos sectores que van arrastrando una falta clara de trabajadores y dependen de la puesta en marcha de estos programas para cubrir servicios. El objetivo, según la Ciudad, es que los planes estén operativos el 1 de octubre, aunque la fecha está condicionada por el SEPE.