Con motivo de la inclusión del síndrome del trabajador quemado (burnout) en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema asociado al empleo o al desempleo, los sindicatos UGT y SATSE han reclamado una serie de acciones al Instituto de Gestión Sanitaria de Ceuta (INGESA) y al Gobierno del estado.
El Sindicato de Enfermería, SATSE, ha dirigido una carta, en nombre de su presidente, este jueves al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y al de Sanidad, Consumo y Bienestar Social pidiendo que se incluya el síndrome del trabajador quemado (burnout) en el listado de enfermedades profesionales que contempla la Seguridad Social.
Por su parte UGT, también ha dirigido un escrito al Director del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), D. Alfonso Jiménez Palacios. La federación de Salud del sindicato (FeSP-UGT) a nombre de su representante de Salud, ha solicitado la realización de un estudio que determine la afectación del personal de nuestra Área de Salud al síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado y analice las causas y/o factores que puedan estar afectando al mismo, así como de las medidas a adoptar para evitarlo.
Según SATSE, la decisión adoptada por la OMS es un importante paso adelante en el reconocimiento a nivel mundial de una enfermedad que afecta a la salud y calidad de vida de los profesionales afectados, así como a las personas de su entorno más cercano, y ahora son las administraciones públicas españolas competentes de nuestro país las que deben tomar cartas en el asunto.
FeSP-UGT considera que el personal estatutario que presta atención directa a la ciudadanía en el ámbito de los Servicios Públicos de Salud se ve caracterizados por las siguientes circunstancias: la mayor presión asistencial como consecuencia de los recortes en recursos humanos, el sobreesfuerzo ante la falta de efectivos que conlleva mayores cargas de trabajo, la turnicidad, el trabajo nocturno, las agresiones físicas y verbales, el envejecimiento progresivo de nuestros profesionales ante la escasa incorporación de nuevos profesionales, la temporalidad, etc., factores todos ellos que tienen grave repercusión sobre la salud de los trabajadores, pueden influir en el grado de burnout de estos trabajadores, como también atestiguan estudios ya existentes en los cuales se asegura que “un 37% de médicos del SNS aseguran sufrirlo, incluyéndose asimismo a los médicos interno residentes (MIR)".
Sobrecarga de estrés por parte de los profesionales
SATSE recalca que los enfermeros y enfermeras de nuestro país soportan a diario una continua sobrecarga asistencial y unos niveles muy altos de responsabilidad que conllevan la aparición de un estrés crónico en un porcentaje muy alto de casos, el cual, según determina la Organización Mundial de la Salud, provoca el conocido como síndrome del trabajador quemado.
Además, mantienen a lo largo de su trayectoria profesional un contacto permanente con el sufrimiento, la enfermedad y, en ocasiones, la muerte, y un alto porcentaje desarrolla su labor realizando turnos rotatorios, que incluyen el trabajo nocturno, al objeto de garantizar la necesaria atención sanitaria a todos los ciudadanos durante 24 horas al día, los 365 días del año.
En lo que respecta al estrés y al síndrome del trabajador quemado, los datos a los que concluyen distintos estudios y análisis son cada vez más preocupantes, afirma SATSE. Así, según el estudio 'Percepción de estrés en los profesionales de Enfermería en España en 2017', un 80 por ciento de enfermeras y enfermeros aseguran estar "estresada/os" y un 51,38% se sienten “quemadas/os”.
Unos problemas de salud, reitera, que son consecuencia directa de la excesiva sobrecarga laboral que sufren, en la actualidad, las enfermeras y enfermeros que trabajan en los hospitales, centros de salud y otros centros sanitarios y sociosanitarios y que también pone en riesgo la seguridad en la atención a los pacientes y ciudadanos.
Por ello, la organización sindical está recabando en todo el Estado las 500.000 firmas necesarias para presentar en los próximos meses en el Congreso de los Diputados una Ley de Seguridad del Paciente, a través de una Iniciativa Legislativa Popular, que garantice un número máximo de pacientes por cada enfermera y enfermero.