La Federación Estatal de Educación de Comisiones Obreras (FECCOO), CCOO de Ceuta, la Internacional de la Educación (IE), el Sindicato Europeo de Estudiantes (ESU), Pedagogía Ciudadana, la Fundación Investigación y Desarrollo de Estudios y Actuaciones Sociales (FIDEAS), la Ciudad Autónoma y otras entidades como Kera Asociación de Valencia han unido fuerzas para poner en marcha el próximo mes de julio en el Complejo Rural Miguel de Luque una iniciativa sin precedentes que permitirá reunir durante una semana a 48 menores migrantes no acompañados con veinte estudiantes de primer curso de Pedagogía de la Universidad de Málaga (UMA).
Begoña López, coordinadora del proyecto que para garantizar el derecho a la Educación al alumnado inmigrante o refugiado desarrollan FECCOO y la IE y que llegó el año pasado a algunos centros educativos de la ciudad, explicó ayer en declaraciones a este periódico que la idea es poner en marcha “un campamento de inmersión educativa”, pero no para incidir de forma extraescolar en materias del currículo formativo sino “para que los participantes tengan la oportunidad de interactuar con otros adolescentes con retos, inquietudes y preocupaciones comunes”.
Por distintos que sean sus perfiles vitales, López y el resto de promotores están convencidos de que los universitarios con 18 ó 19 años y los menores migrantes con entre 15 y 17 podrán aprovechar ese “espacio de interacción, encuentro, convivencia y empoderamiento para aprender, algo que también haremos los docentes participantes, y desarrollar sus identidades y proyectos vitales”.
La propuesta se enmarca en la línea de trabajo del catedrático Miguel López Melero, cuya metodología de enseñanza está basada en la cooperación, el trabajo en grupo y el razonamiento deductivo. “El Proyecto Roma nos da un aporte cualitativo al proyecto, que también persigue ayudar a garantizar el derecho a la Educación de los jóvenes que garantizan la ley y los acuerdos internacionales”, añadió Begoña López.
Desde su punto de vista “la Educación es la clave” y los beneficiados no son solo los propios menores que pueden ver lesionado su derecho a ella. “En términos de vida de interacción social, de convivencia, de combate del racismo y la xenofobia y hasta de riqueza a la hora de aprovechar el potencial de esos jóvenes, seguro que obtendremos un rendimiento positivo”, dio por hecho.
La Ciudad ha sumado a la propuesta dos actividades de kayak y paseo en barco y se encargará de cubrir la manutención de los jóvenes migrantes como hace durante el resto del año. López se mostró especialmente satisfecha porque “hemos conseguido llamar la atención y lograr el respaldo de organizaciones internacionales, estatales y locales para un proyecto en el que los estudiantes universitarios también se comprometen con la defensa del derecho a la Educación”.
El proyecto aspira, a demás, a ser una “semilla” para seguir trabajando “durante todo el año”.