La Ciudad Autónoma todavía estudia la fórmula más adecuada para ayudar a los empresarios de la avenida Sánchez-Prado que se manifiestan afectados económicamente por las consecuencias de las obras de remodelación que ejecuta Tragsa desde finales de enero. Como trataron en la reunión el 4 de septiembre, el Gobierno propuso abonar la mitad de la inversión que cada empresa realice en la modernización de Gran Vía, dentro del proyecto de homogeneización de su imagen impulsado por el Gobierno.
El Ejecutivo trasladó a los empresarios la opción de financiar el 50 por ciento de los toldos, rótulos y mobiliario de terrazas a cambio de las indemnizaciones que, pese a las promesas gubernamentales, no podrán efectuarse con cargo al Fondo de Contingencia puesto que ese tipo de ayudas no están contempladas por la Unión Europea.
Los negocios que aún se mantienen en pie, después de al menos cuatro o cinco cierres según los empresarios, ahora están divididos puesto que algunos muestran una actitud favorable a mantener un diálogo con el Gobierno acerca de esa financiación y otros desconfían del trato dado el antecedente de las indemnizaciones a aquellos comerciantes que pudiesen demostrar las pérdidas económicas desde que arrancó la obra.
Cada establecimiento, dependiendo de la actividad a la que se dedique, recibió de una u otra manera la posibilidad de que la administración autonómica sufrague la mitad de estos equipamientos. Aquellos dedicados a la hostelería pueden ver más ventajas en el canje que otros sin terrazas ni veladores teniendo en cuenta, además, que estarán obligados al cumplimiento de la ordenanza que las regula. En cualquier caso, la duda a aceptar el trato de la Ciudad es generalizado y, en la mayoría de los casos, obligado porque aseguran que, después de los daños por las obras, carecen de reservas para afrontar esta nueva inversión.
Otro de los reproches al Gobierno autonómico, por faltar a su palabra inicial, es relativa a la fecha de apertura de la avenida Sánchez-Prado, prevista en septiembre. Los empresarios conocieron la semana pasada que la Gran Vía permanecerá cerrada hasta diciembre debido a la fluidez circulatoria que está demostrando calle Jáudenes. Los comercios amplían ese periodo hasta Semana Santa a tenor del ritmo de los trabajos.