El director general del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria en Madrid (Ingesa), Alfonso Jiménez Palacios, confirmó ayer que tiene la “seguridad” de que la receta electrónica interoperable “esté funcionando en Ceuta antes de fin de año”.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar comunicó a última hora de este lunes que, “en los próximos meses”, Ceuta y Melilla dispondrán de receta interoperable para los usuarios. “Para su puesta en marcha se han venido realizado distintas pruebas según el calendario y las pautas establecidas por el Ministerio.
Después de superar las pruebas de integración y preproducción, en el pasado mes de julio se desarrollaron las pruebas de conectividad planificadas por el Ministerio, entre Ingesa y cada una de las comunidades autónomas cuyas recetas electrónicas estaban acreditadas en el sistema de interoperabilidad en ese momento”, explicaron desde la cartera que dirige Carmen Montón.
Además, prosiguieron fuentes ministeriales, fueron realizadas posteriormente las pruebas de rendimiento, para lo que fue necesario implementar algunas adaptaciones en la aplicación de receta electrónica de Ingesa.
El director general manifestó ante los periodistas en la presentación del director territorial que en la mañana de este lunes, antes de emprender su viaje a la ciudad autónoma, tuvo una reunión al respecto con el personal que tiene que dar un “empujón definitivo” a esta aplicación de la receta electrónica y reiteró que hará “todo lo posible” para que esté en marcha antes de que termine el año.
Alfonso Jiménez se reunió el lunes con quienes tienen que dar el “empujón definitivo”
La receta electrónica interoperable del Sistema Nacional de Salud (SNS) se ha implantado ya en 16 comunidades autónomas, faltando sólo por incorporarse Madrid y las dos ciudades autónomas.
Esta herramienta tiene como objetivo principal permitir la dispensación desde cualquier farmacia, por medios electrónicos, de la medicación prescrita en otra comunidad autónoma sin necesidad de presentar una receta en papel. A nivel local, esta carencia se traduce en que los ceutíes no pueden retirar los medicamentos prescritos en las farmacias de la Península.
Y a la inversa, es decir, que las boticas locales no pueden dispensar fármacos a los turistas nacionales que visitan Ceuta en sus vacaciones porque la ciudad autónoma está ‘desconectada’ en este sentido, como algunos han comprobado este verano.