Jose María Campos ha presentado este libro con una visión particular de hechos ocurridos durante el Protectorado
José María Campos ha presentado en la Biblioteca Pública su último libro.
Un libro que lleva por título: ‘Protectorado de España en Marruecos. Héroes y villanos’. Capítulos cortos, historias desconocidas, datos muy interesantes que conforman una nueva aproximación de Campos a un tema que verdaderamente le apasiona.
Además, lo aborda sin apasionamiento, donde tanto españoles como marroquíes son fieles de una balanza que no se inclina hacia un lado o hacia otro.
-¿Cuál es el origen del libro?
Cuando escribí el anterior ‘Ad-el-Krim y el Protectorado’ me encontré con personas que tenían relación con esos hechos, topé con muertes extrañas e historias secretas. Algunas de ellas se desvelan en las páginas de esta obra.
¿Qué aporta este libro sobre otros que se hayan escrito sobre la guerra que trajo consigo el Protectorado?
Los demás libros son una relación prolija de acontecimientos. Aquí, son capítulos cortos y yendo a los problemas de personas concretas.
Destaca en el libro que esta guerra trae luego consigo como una consecuencia la Guerra Civil.
El efecto dominó. Tras el desastre de Annual en el año 1921 se pidieron responsabilidades políticas.
En España se redactó el Expediente Picasso donde se desvelaban irregularidades en Marruecos, pero no vio la luz porque llegó la Dictadura de Primo de Rivera, como consecuencia de ella, la República y luego la Guerra Civil, donde algunos militares africanistas que habían combatido, codo con codo, luego, se enfrentaron y, en algunos casos, sin piedad alguna.
Cuénteme el caso de alguno de esos militares africanistas que estuvieron del lado de la República.
Por ejemplo, el caso del general Núñez de Prado, un insigne africanista que participó en la retirada de Xauen junto al general Cabanillas. Cuando se produce el golpe de estado acude a ver a Cabanillas, quien le hace desaparecer y le fusila. Ahí, tiene el caso de dos compañeros de armas que, luego, se enfrentaron a muerte.
¿Qué sucede con el general Capaz?
Era el equivalente a comandante general de Ceuta, se da cuenta que la sublevación se va a producir y tiene que tomar partido. Pide una baja por enfermedad, se traslada a Zaragoza y Madrid y allí le fusilan. La verdad es que se equivocó.
En el libro se trata por igual la visión española que la visión marroquí. No se toma partido.
Siempre hemos conocido la postura y la visión de Francia y España, pero me he preocupado porque los historiadores marroquíes me cuenten la suya. Marruecos se consideraba ya un estado y que hay dos países que intervienen, secuestrando al Sultán. Para ellos es una guerra de liberación.
También indica que la acción del Protectorado le permite incorporarse como una nación de primera línea.
Cuando Marruecos obtiene la independencia cuenta con una administración formada, al igual que un Ejército, una moneda y, en definitiva, un país organizado.
Es curiosa la llegada del Mariscal Petain a Ceuta.
Cuando a España le sucede el Desastre de Annual, desde el lado francés se ridiculiza a los militares españoles. Sin embargo, en un momento determinado, harkas marroquíes atacan posiciones francesas y están a punto de conquistar Fez. Entonces, Francia decide enviar a su Mariscal Petain, el héroe de Verdún, para poner orden. Lo primero que hace es llegar a un acuerdo con España y nos ayuda en el desembarco de Alhucemas. Está en Ceuta y en el libro se publican algunas de esas fotos.
¿Por qué elige para las ilustraciones a Mariano Bertuchi?
Bertuchi supo captar muy bien la luz y el ambiente de Marruecos. También colaboró la Revista de Tropas Coloniales. Contacté con la familia para obtener su permiso.
¿Qué papel juega Ceuta en el libro?
La verdad es que mucho, es muy importante. En todos los capítulos hay relación con Ceuta, es una protagonista esencial.
¿Habrás más presentaciones?
Después de la de Ceuta, haremos una en Sevilla o Jerez, también en Granada y, por supuesto, en Madrid.
Hace unos días ha fallecido Clemente Cerdeira, un experto también en todo este período.
Clemente era una persona que no se guardaba ningún dato para él, siempre lo compartía. He tenido la oportunidad de conversar muchas horas con él. Incluso, en viajes que hemos realizado para conocer puntos concretos de hitos sucedidos durante el Protectorado, él nos acompañaba. No olvidemos que era el hijo de la persona que negoció con El Raisuni y tenía mucha información.