Siempre hemos criticado que la ceutí es una sociedad conformista. Que por nada protesta, que no se mueve... Es la gran excusa que tiene la clase política para apoltronarse en su inmovilidad. Pero claro, ya no hay excusa que valga cuando la gente rompe ese silencio y comienza a denunciar lo que ve escribiendo cartas al director. Últimamente los ciudadanos se están mostrando decididos y están rompiendo ese silencio denunciando lo que no ven bien. Y eso es bueno. Es bueno para la sociedad en general y hasta para la clase política, porque no hay asesor más bueno y más honesto que ese ciudadano que denuncia las cosas que no funcionan en su tierra y que, sin esperar nada a cambio, solo pretende con su crítica que los que mandan lo solucionen.
El presidente Vivas puede que no tenga mucho tiempo para leerse al detalle los periódicos. Puede. Pero sigue teniendo un equipo que debe ser capaz de trasladarle, a diario, lo que los ciudadanos denuncian. Y debe ser capaz porque esas personas anónimas necesitan que quien lleva las riendas de este pueblo, lo hayan o no votado, atienda sus quejas y ponga a trabajar al equipo que le queda, que sigue siendo bastante, para saber cómo hacerlo.
Me alegra leer que la gente protesta, que la gente hace el esfuerzo de escribir y de mandar su opinión a un medio para que esta se lea.Me alegra porque supone que un ciudadano quiere buscar mejoras para su ciudad, quiere ocupar el papel que le corresponde de elemento reivindicador. Lo que le queda al gobernante es actuar, atender y trabajar porque ahora, si no lo hace, supone que está escondido en una burbuja o, peor aún, se ha convertido en un déspota que no atiende a la voz de la calle, que no se da cuenta de lo que los vecinos le trasladan, de lo que -incluso con fotografías- le denuncian. El ciudadano está despertándose, ojalá cada vez sean más las cartas enviadas por esos hombres y mujeres que sólo quieren mejoras para Ceuta, que no atienden intereses bastardos y que esperan, tan sólo, que se les pague con la misma moneda.