Esta semana los protagonistas de mi café con letras iban a ser “los piratas del Estrecho”, como los llama una amiga mía; es decir, las navieras. Pero la guerra al estilo Gila que se ha producido en torno al desafortunado tema de la intoxicación de los MENA ha conseguido desviar mi atención, y conceder una semana de tregua a los saqueadores de bolsillos.
El catering, las bacterias, la salmonella y los menores no acompañados que residen en Ceuta han sido el tema estrella de la semana, dando lugar a una guerra ridícula en la que la oposición ha puesto de manifiesto que le interesa más salir en los medios averiguar las causas de lo sucedido. Y si no es así, lo disimulan muy bien. Entre notas de prensa, comparecencias y convocar y desconvocar ruedas de prensa, a alguno se le ha olvidado que la responsable del área de menores pertenece a su mismo partido.
Y claro, ha sido ella quien ha dejado sin argumentos al crack socialista al valorar la actuación y gestión del gobierno de “impecable”. ¿Y ahora qué? ¿Le llevara la contraria el secretario general del PSOE a su antecesora? ¿O le abrirán un expediente disciplinario por no claudicar con lo que opina el partido? Lo único que ha dicho el crack sobre el tema ha sido: "Yo no comento declaraciones de funcionarios". Veremos qué pasa.
En cualquier caso, las declaraciones de la jefa del área de menores de la ciudad ponen en evidencia que los protocolos de actuación se activaron de manera eficiente y eficaz. Y también revelan las pocas luces que tienen algunos diputados.
Por suerte, los menores se encuentran en un buen estado, y las investigaciones para depurar responsabilidades están en marcha.
Hablar del estado del centro cuando cien menores presentan un cuadro clínico de vómitos, fiebre y desintoxicación supone, desde mi humilde opinión, tratar de sacar rédito desde la demagogia y, por ello, resulta patético.
Porque, que yo sepa, la situación del centro la conocemos desde hace algunos meses y una de las medidas que contempla el programa electoral del partido que gobierna es la construcción de nuevas instalaciones para menores.
Quizá algún grupo de la oposición, cuyo partido gobierna a nivel estatal, debería estar negociando más fondos para que el nuevo centro sea una realidad lo antes posible, pero parece ser que una vez más los intereses partidistas se anteponen al interés general.