El pasado mes de agosto estalló una verdadera bomba en las ondas radiofónicas. Ha sido un acontecimiento de difícil digestión. Ha sido tan tremendo que la prensa escrita, la radio y la televisión se han hecho eco del suceso. Me temo que a más de uno le ha debido de producir, si no un desvanecimiento, sí un vahído, un mareo. Fue ello que casi cuarenta periodistas de la Cadena Ser, que hacían “Carrusel Deportivo” los sábados y los domingos en la citada Cadena, con Paco González, su director, y Pepe Domingo Castaño, diríamos su ‘factotum’, se pasaron con todo el equipo a la Cadena Cope. Sí, la llamada despectivamente ‘Cadena de los Obispos’ por la Ser. Me temo que Paco González y su equipo han tenido que pasar bajo una especie de horcas caudinas –como aquellas debajo de las cuales los samnitas hicieron pasar a los romanos– para aceptar irse a la Cope. Nada menos que a la Cope. Algo extraño flota, pues la Cope está envuelta en un ERE. Lo cierto es que se han ido haciendo ¡fu! como el gato. Realmente ha sido un aldabonazo en la conciencia de las gentes sencillas.
Ahora se me hace extraño escuchar las voces del viejo Pepe Domingo, de Paco González, de Tomás Guash, de Alcalá, de Minguella, de Oliveros, de López de Rozas, de Corrochano, de Joseba Larrañaga, de Antonio Ruiz, de Jorge Hevia, de Poli Rincón, en fin, y de otros muchos, así hasta casi cuarenta. Allí en la Ser se quedó, más serio que un ajo, el ‘bronquista’ José Ramón de Lamorena (o ¿La Morena?), director de El Larguero, con sus incondicionales Bustillo y el fiel Manolete. Los huecos dejados por los citados más arriba han sido rellenados por una pléyade de jóvenes recién salidos de las aulas de Ciencias de la Información.
Al tiempo que la Ser anunciaba acciones legales contra la Cope por “competencia desleal”, calificaba de “individuos” a los que dieron el portazo. A su vez, el ‘cantarín’ Castaño afirmaba: “La actitud de la Ser, su comunicado, me parece denigrante”. Por su parte, Paco González sentenciaba: “Me alegro de estar en una casa en la que nos tratan como personas y no como individuos”. Para rematar, Alcalá, lleno de alegría, dice que estaba acostumbrado a recibir (en la Ser) cualquier cosa menos cariño. Finalmente, Poli Rincón se descolgó diciendo “¡Por fin somos libres!” Menuda ‘movida’ debe de haber habido en la Ser.
Me reconozco haber sido fiel seguidor de todos los programas de la Cadena Ser hasta, exactamente, el día 13 de marzo del año 2004. ¿Por qué ese día? Es una larga historia que merece ser contada. Pues allá va. Aquel día 13, sábado, jornada de reflexión de las elecciones del domingo día 14 de marzo del año citado, se celebraban dos partidos de fútbol y la Cadena Ser interrumpió el programa deportivo ‘Carrusel’ a las nueve de la noche para comenzar un programa extraordinario informativo (de política) que duró hasta la una y media de la madrugada. ¡El día de reflexión! Programa dirigido por el fallecido Carlos Llamas, presentado-director de ‘Hora 25’. Creo recordar que allí intervino, entre otros, Carlos Carnicero. En verdad hizo honor a su apellido.
En ese extraordinario de casi cinco horas se machacó al Gobierno del PP por activa y por pasiva: el decretazo, la huelga sindical, la rectificación de Urdaci, el Prestige, el Yak-42, la guerra de Irak, la foto de las Azores, Perejil, Trillo, la ministra Palacio, el servidor de Bush, así durante casi cinco horas, en el ¡día de reflexión! Conectaron con las sedes del PP en algunas ciudades para dar cuenta de las concentraciones “espontáneas”, según ellos, en algunas de esas conexiones alguien sugirió hacer una ‘cacelorada’ en las sedes del PP. ¡Y en la jornada de reflexión!, insisto. Todo fue muy vergonzoso. Durante cinco horas se cebaron como perros rabiosos. Nauseabundo, vomitivo. Difícil de digerir. No tuvieron pudor ni por ser el día de reflexión, ni por las casi doscientas víctimas del atentado. Machacar, machacar y machacar. Había que desalojar al PP del Gobierno como fuese, por las buenas o por las malas. Por supuesto que Zapatero cosechó la victoria, los doscientos cadáveres le otorgaron el triunfo. Una victoria que aún hoy tiene un penetrante y pestilente olor a cadaverina.
Y aquí en este punto vuelvo al deporte. Paco González, director de ‘Carrusel’, y Castaño se doblegaron ante Carlos Llamas y compañía, sin oponer resistencia, y claudicaron y consintieron en ceder el espacio deportivo ‘Carrusel’ a aquellos valentones para conculcar el día de reflexión. Doblaron la cerviz sin pudor alguno. Recogieron sus trastos con el rabo entre las piernas. Su actitud fue también bochornosa. Por otra parte, me temo que durante todos esos años que han estado en la Ser le habrán bailado el agua a todos aquellos que ridiculizaban la Cadena de la Conferencia Episcopal, la Cadena de los Obispos, sobre todo el valentón de Lamorena. ¿Alguna vez ha salido alguno de ellos en defensa de la Cope? ¿Cuándo? Ahora vienen con las orejas gachas, vienen como corderitos, obligando a marcharse a Juan Antonio Abellán, un tipo honesto. No, Castaño, no, Paco González, no nos vais a engañar, volveréis a la Ser en cuanto la ocasión os sea propicia. Por mi parte, ni voy a escuchar el programa deportivo de la Cope ni tampoco el de la Ser. Tendré un problema. Eso es cierto. Pero me he mantenido firme en mis convicciones sin sintonizar la Ser durante todos estos años. Me mantendré firme y no sintonizaré los deportivos de la Cope. Para mí la Ser no vale una misa, como para vosotros la Cope.