Hace unos días pude leer en una noticia como el Presidente a nivel nacional de NNGG y diputado popular, Nacho Uriarte, pedía que se modificara el sistema administrativo español comenzando con una reforma constitucional. Uriarte, como diputado que es, debería saber que el Tratado de Maastricht, que fue incorporado a nuestra Constitución en 1992, ya obliga a todas las Administraciones Públicas a la estabilidad presupuestaria, y que por lo tanto no es necesaria ninguna reforma constitucional ni de otro tipo más allá de las que tienen que realizar en sus presupuestos administraciones públicas como la Generalitat Valenciana o el Ayuntamiento de Madrid, que mantienen un endeudamiento desorbitado a costa de los servicios que se prestan a los ciudadanos.
En lugar de proponer reformas innecesarias, el joven popular debería mirar dentro de su partido y mostrar por una vez un poco de coherencia y responsabilidad política instando al Presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que empiece a hacer su trabajo y exija a las Administraciones Públicas gobernadas por su partido que realicen las modificaciones presupuestarias necesarias para dejar de ser las más endeudadas de nuestro país.
El presidente de Nuevas Generaciones tendría que dejar de buscar titulares con declaraciones sin sentido, y recordar a sus dirigentes que hay otras reformas que sí son necesarias y que el Partido Popular se niega a llevar a cabo, sin importarle las consecuencias, como puede ser la reforma constitucional que permitirá convertir el Senado en una auténtica cámara de representación territorial, o el desbloqueo de la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional.
Parece que el señor Uriarte va aprendiendo a paso ligero de sus mayores e intenta seguir la misma estrategia a la que nos tiene acostumbrado el Partido Popular.
Como su líder Mariano Rajoy, el joven popular no duda en tirar balones fuera cuando se le pregunta por los casos de corrupción en las filas de su partido o sobre el endeudamiento en las comunidades en las que gobiernan.
El futuro del Partido Popular está asegurado, una vez distanciados de la actualidad política el colega de Bush, José María Aznar, y el que fuera Ministro del franquismo, Manuel Fraga, sólo queda quitar del mapa al actual Presidente del partido para hacer sitio a las nuevas promesas populares como el mismo Uriarte o ascender al fiel e íntegro Presidente Valenciano Francisco Camps.
Todo va por buen camino.