Sentada en primera fila del Auditorio del Revellín, Antonia Palomo (Toñi en boca de todos los que la citaron), recibió ayer elogios y felicitaciones de todos y cada uno de los ponentes que se colocaron delante del micrófono.
También del presidente de la Ciudad, Juan Vivas, por la organización de unas jornadas de alto nivel que alcanzan su cuarta edición.
Suyas fueron las primeras palabras, antes de cedérsela al jefe del Ejecutivo local para que inaugurara el ciclo de conferencias. En su intervención, la directora del Área de Menores de la Ciudad se congratuló por estar a punto de despedir, con nota alta, un año “muy difícil” en el que su departamento ha tenido que lidiar con un incremento de expedientes de población de origen extranjero, con especial mención al colectivo sirio que durante seis meses recibió atención y asesoramiento continuo mientras se negaban a abandonar el asentamiento con el que protestaban en la Plaza de los Reyes para intentar forzar a la Administración a agilizar su pase a la Península. En la última etapa de la protesta, casi la mitad de los integrantes del campamento eran niños de los que sus padres se negaban a separarse ni a facilitar su traslado a alojamientos alternativos o pisos sociales. Menores, en esos casos, se negó a retirarles la tutela.
En su intervención se detuvo en agradecer la labor de su equipo, al que hizo corresponsable de la gestión realizada, pero también hizo extensivo ese reconocimiento a la “firmeza, dedicación e independencia” demostrada durante estos meses por el Gobierno local y por la propia Fiscalía.