La prueba final de Bachillerato servirá para entrar en la Universidad, será con asignaturas troncales de segundo curso y muy similar a la Selectividad, mientras que las de Primaria y ESO no tendrán que hacerlas todos los alumnos, sino una muestra que elijan las comunidades.
El Ministerio y todas las autonomías llegaron ayer a este acuerdo, que significa la “eliminación de las reválidas como tal”, según ha enfatizado en declaraciones a la prensa la consejera de Extremadura, Esther Gutiérrez, tras reunirse la Conferencia Sectorial durante apenas hora y media.
“Es un buen paso, con pasos pequeños se consiguen objetivos grandes”, ha enfatizado Méndez de Vigo en rueda de prensa, que ha visto a los consejeros autonómicos “muy comprometidos y con ganas de lograrlos”.
El Consejo de Ministros aprobará un real decreto-ley con esos cambios, que suponen reformar la Lomce, y que después deberá convalidar el Congreso en el plazo de 30 días, ha explicado Méndez de Vigo.
Ha precisado que la evaluación final de Primaria será muestral (no obligatoria para todos los alumnos) y de diagnóstico del sistema, sin perjuicio de que las comunidades decidan que sea censal (para todos los estudiantes) en sus respectivos territorios.
Igualmente, la de ESO, que no tendrá efectos académicos ni siquiera para conseguir el título de Secundaria Obligatoria, será muestral y de diagnóstico.
Los alumnos de FP básica tampoco necesitarán realizar la prueba de ESO para conseguir el título de Secundaria, sino que el profesorado considerará si reúnen las condiciones para ello. Además, el título de ESO será “único”, con los mismos efectos sea cual sea el itinerario académico elegido por los alumnos en cuarto curso. La prueba de Bachillerato servirá para regular el acceso a la Universidad, será sobre seis asignaturas troncales de segundo de Bachillerato y parecida a la anterior Selectividad; se superará con una nota media de 4. La Lomce, hasta ahora, establecía que los alumnos que quisieran conseguir los títulos de ESO y Bachillerato deberían superar, a partir del curso 2017-2018, las evaluaciones finales esas dos etapas, por lo que los sectores opuestos a las mismas las denominan “reválidas”.
Méndez de Vigo ha indicado que el acuerdo consiste en suspender los efector académicos de las evaluaciones mientras que se llega a un pacto educativo nacional. En cualquier caso, el Ministerio “sigue creyendo en la evaluación”, ha remarcado.
Ha querido precisar que se trata de conseguir los mismos objetivos que propone la Lomce, pero a través del decreto-ley, pues se busca mejorar el sistema educativo a la vez que dar tranquilidad a los alumnos y la comunidad escolar mientras que llega un “gran pacto educativo”.