Las principales organizaciones de personas con enfermedades crónicas que representan a casi 10 millones de ciudadanos mostraron ayer su “rechazo frontal” a la entrada en vigor del copago de fármacos de uso hospitalario. Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, territorio Ingesa dependiente del Ministerio de Sanidad, fueron las primeras autonomías en las que se aplicó. No obstante, en el caso de Ceuta, la Ciudad Autónoma comunicó que existen ayudas económicas para aquellas personas que requieran de las mismas, en función de cada caso.
En el texto, estas asociaciones consideran la medida un “error” y aseguran no entender el objetivo que persigue el Gobierno con esta iniciativa. “Los pacientes españoles están actualmente cargando con demasiados copagos y recortes en gastos”, advierte el documento, que recuerda que ya entró en vigor el copago farmacéutico, que los pacientes tienen que pagar instrumentos como bastones o sillas de ruedas y que se han reducido las ayudas en a los dependientes y sus familias.
Los firmantes solicitan la derogación de las condiciones de financiación de medicamentos incluidos en las prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud mediante la asignación de la aportación del usuario. Asimismo, piden el establecimiento de un tope máximo de aportación en la prestación farmacéutica ambulatoria, similar al establecido para los pensionistas, a aquellas personas que padezcan patologías de carácter grave o bien crónico.
Además, prosiguen, los enfermos tienen también que “soportar” el gasto que está produciendo la reducción de pagas a cuidadores.