Un niño mirando al horizonte. En sus manos un flotador y unas aletas. De etiqueta una leyenda: “Donde las madres no descansan por miedo a sus hijos, mientras sus hijos esconden en sus ojos historias de esperanza y miedo”. Es la fotografía que ha realizado un joven de Castillejos para exponer la tragedia de una población que muere o desaparece en el mar cruzando a Ceuta.
Es una imagen que pretende expresar lo que viven muchos marroquíes que han perdido a sus amigos en plena tragedia. Amigos que se ahogaron al cruzar el espigón o que sencillamente desaparecieron.
Esto último es, sin duda, lo que más dolor causa. Es así porque se desconoce el paradero de esas personas, qué les pudo pasar, dónde terminaron. Sus madres nunca sabrán qué pasó con esos hijos que miraban hacia Ceuta y que huyeron de su país.
El sufrimiento de las madres
Con esta imagen de un autor que no quiere protagonismo se busca reflejar la realidad que viven muchos marroquíes al otro lado de la frontera, a solo unos kilómetros. Pero sobre todo se quiere expresar el sufrimiento de esas madres.
Mujeres con los corazones rotos por haber perdido a sus hijos, mujeres que han llegado a protagonizar grabaciones en las que se les ve arrojándose al mar para que sus hijos no se marchen a nado hacia Ceuta. O llorando en la frontera implorando a los agentes para que les digan si han detenido a sus hijos.
Esas madres están ahí, son cabezas visibles de corazones rotos. El pasado año, entre la hilera de menores que cruzaron a Ceuta había un niño de solo 11 años. Cruzó solo a nado el espigón de Benzú. Él llegó, otros se quedaron en el camino.
Una foto solo es eso, una imagen. Saber interpretarla y recapacitar sobre lo que sucede en la frontera sur es lo que pretende su autor. Solo hay que intentarlo.
ESTO NO TIENE PALABRA PARA UNA MADRE
La foto debería ser la que encabeza el noticiario.
la foto correcta seria el niño mirando uno de tantos palacios que tiene mojame con la foto del ceboso de fondo. Hasta que no destroneis al perro y su familia no se acabara la rabia.
Esto es una desgracia, mientras no se modifique la ley de extranjería y que todos los menores sean devueltos a su país de origen, lo seguirán intentando todos los días y en nuestras playas nunca xesaran de devolver xadaveres a tierra, sus pobres madres lloran de rabia, nos guste o no, la única manera de que estos chicos no arriesgen sus vidas es la devolución