Parece que la Ciudad Autónoma ha decidido que no se puede seguir esperando más tiempo para que el transporte marítimo baje. Después de multitud de posibilidades que se han abierto y analizado a lo largo de los años, como la naviera municipal, una empresa que tuviera una participación de la Ciudad, buscar una naviera dispuesta a aportar con precios bajos, llega el nuevo consejero del área y dice que la solución se encuentra en poner dinero encima de la mesa. Hay un análisis muy claro: si no vienen turistas es porque el precio del barco es altamente costoso. Nadie puede venir abonando sesenta euros ida y vuelta y si hablamos ya de una familia, apaga y vámonos. Carreira entiende que se debe cortar por el camino más rápido. Si queremos turistas no queda más remedio que abonar cantidades que permitan que las navieras rebajen los precios. A partir de esa premisa se está trabajando, aunque se está perfeccionando la fórmula. No es algo que haya salido de la noche a la mañana, sino que han existido contactos al más alto nivel para analizar los pros y los contra de esta decisión que ya no tiene retorno. Y además que contará con fondos porque no es algo que se estima que va a ser a largo plazo como el contar con el apoyo de Fomento para que haya una rotación barata al día cambiando las obligaciones de servicio público que tienen las navieras que operan en la línea entre Ceuta y Algeciras.