El expolítico y anterior consejero de Sanidad del Gobierno de Ceuta, Javier Guerrero, se ha sentado este viernes en el banquillo de los acusados por un delito de calumnias por el que el Ministerio Fiscal le pide prisión además de una indemnización de 25.000 euros por daños morales en favor del director del centro Samu-La Esperanza.
Todo ello tras unas manifestaciones vertidas por Guerrero a las puertas de la Jefatura Superior, en septiembre de 2022, ante varios medios de comunicación.
La vista estaba señalada para este viernes a las 9:30 horas en el Juzgado de lo Penal número 1, a donde a primera hora ha acudido Guerrero, así como los distintos testigos presentados por las partes y el denunciante.
Según el Ministerio Público, Guerrero, guiado por el animo de “vilipendiar, vituperar y ajar” la estima profesional y la consideración del director del centro Samu-La Esperanza, efectuó una serie de manifestaciones que no casaban con la realidad.
Junto a la Fiscalía está la Acusación Particular y frente a ellos, la defensa del cabeza visible de la extinta formación Ceuta Avanza.
Los hechos por los que se le acusa
Ante varios periodistas citados expresamente aquella tarde noche, el médico y expolítico del PP dijo que el denunciante había “presionado, extorsionado y coaccionado a menores del centro” cuya responsabilidad directiva ostentaba para que “denunciaran por diversos hechos” al ahora acusado, y lo habría hecho “bajo la amenaza de que si no lo hacían no obtendrían traslado a la Península”.
Esto es lo que mantiene la Fiscalía en su escrito de calificación inicial que llevará a juicio oral ante el Juzgado de lo Penal de nuestra ciudad. Eso no era cierto, pero lo manifestó ante varios medios de comunicación generando la publicación de noticias y comentarios en redes sociales.
De hecho, esas manifestaciones de Guerrero se investigaron en el juzgado de instrucción número 2 y se sobreseyeron por falta de acreditación.
La declaración de Guerrero
“Ahí fuera hay chavales y ahí esta su verdad, hable con ellos. Ellos deben hablar”. En varias ocasiones el médico Guerrero ha insistido en la labor que llevó a cabo con menores por los que se preocupaba y que a su juicio estaban desatendidos.
“En Ceuta se sabe todo”, ha insistido, recordando episodios concretos como cuando dos trabajadores “me pidieron por favor que mediara ante un chico que tenía un tumor en la rodilla y nadie hacía nada” por él o cuando “tenía que coger medicación del hospital porque” esos menores “no tenían medicación”.
Cuando efectuó las declaraciones ante las puertas de la Jefatura Superior de Policía que han sido objeto de este juicio por calumnias, Guerrero insiste en que no había convocado a los medios de comunicación, sino que aparecieron allí, por lo que no habría sido responsable de una premeditación en la publicidad de sus manifestaciones. “No sé de dónde salieron esos periodistas”, ha reseñado “y sigo sin saber quién los convocó”.
Ha confesado haber sufrido un escarnio público “contra mí y mi familia” durante todo este tiempo.
Entre los episodios que ha narrado y que han servido para contextualizar lo ahora juzgado, Guerrero ha recordado que, siendo cabeza visible del proyecto político Ceuta Avanza, durante una comida, le llegó la información de que se publicaría algo en su contra en medios de comunicación.
A las puertas de la Jefatura declaró ante los periodistas que se estaría coaccionando a menores para que le acusaran con la promesa de, a cambio, marchar a la Península. Tras aquello llegaría esta denuncia sin que el acusado sepa por qué el denunciante se dio por aludido en sus manifestaciones al no mentar nombres específicos.
El juicio ha quedado visto para sentencia.