La Ciudad tiene a Servilimpce como nuevo juguete, tal es así que empieza a prometer insensateces que al ciudadano bien poco importan. Ceuta está sucia, y ante esto solo hay que ofrecer un compromiso: tiene que dejar de estarlo. Nada más.
A mí sencillamente poco me importa que el Ejecutivo local anuncie la puesta en marcha de cronogramas para que sepamos el día y la hora en la que se limpia cada barrio. Me da igual, como creo que a muchos. Solo es necesario que el servicio dé un giro radical a lo que hemos conocido y que las calles de toda Ceuta, sin excepción, se vean y noten limpias.
Eso hoy por hoy no sucede, y así mal vamos. Tenemos dos opciones: o seguir pagando para recibir premios con los que nos creamos que somos una ciudad limpia, o cambiar radicalmente de postura para acoger un servicio que realmente sea el que necesita el ciudadano.
La municipalización de la limpieza se ‘vendió’ como la salida más honrosa para que todo funcionara mejor. Ahora es la Ciudad la que debe demostrar que es capaz de hacerlo.
Nos anuncian un plan de actuaciones, más baldeos, llegar a zonas donde antes no lo hacían... Estructura organizativa tiene para que este servicio clave en Ceuta ofrezca los resultados esperados y se note en todos los lados que el nivel de prestaciones es el adecuado y exigible.
No creo que haya chisteras suficientes para sacar todos los conejos necesarios, pero tampoco caben excusas para dar con las justificaciones cobardes que sirvan para ocultar fracasos.
Ceuta está sucia y la única solución para dar con resultados es ejecutar planes ambiciosos con los que sacar el mayor y mejor rendimiento de una plantilla que sabe lo que hace.