Para conocer las cifras de actividad y paro en nuestro país existen dos métodos diferentes. Por un lado está la Encuesta de Población Activa (EPA), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) de forma continua y con una periodicidad trimestral. Su ámbito poblacional y geográfico son las personas que residen en viviendas familiares en todo el territorio nacional. El tamaño muestral fue de 5.298 secciones censales en 2024. El tipo de muestreo fue el bietápico con estratificación en las unidades de la primera etapa (secciones censales). La segunda etapa son las viviendas familiares. El tipo de entrevista fue la personal o la telefónica. Muchos investigadores prefieren usar los resultados de la EPA para sus estudios del mercado laboral, porque sus estimaciones suelen coincidir bastante con la realidad posterior.
El otro método son los registros censales de paro que realiza el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), cuya metodología está legalmente establecida desde hace bastante tiempo (en 1985 se estableció la metodología de registro de los fijos discontinuos). También se usan los registros de afiliados a la seguridad social, medios o en sus cifras a fin de mes, que confeccionan los distintos organismos de la Seguridad Social española. Muchos otros investigadores hemos preferido usar los resultados de estos registros censales, al considerar que en situaciones catastróficas, como fue el caso de la pandemia del COVID, reflejarían mejor la realidad. Por esto seguimos usándolos en la actualidad para continuar con nuestras predicciones.
Conforme a los datos conocidos de la última EPA del cuarto trimestre de 2023, el empleo aumentaba y bajaba el paro. En concreto, la población en paro bajaba en 24.600 personas en el cuarto trimestre y se situaba en 2.830.600; 193.400 personas menos que hacía un año (-6,3%). De esta forma, la tasa de paro caía al 11,76%, 1,1 puntos menos en un año. Respecto al empleo, la tasa de temporalidad bajaba hasta el 16,5% y se situaba en el mínimo de las últimas décadas. Todo el empleo neto creado en 2023 había sido indefinido, pues se habían creado 804.000 empleos indefinidos, de los que el 93% eran indefinidos permanentes y solo el 7% eran fijos discontinuos. Es decir, nuestra población ocupada se situaba en 21.246.900 personas, 783.000 más que hacía un año.
Con los últimos datos registrados por el SEPE y por la Seguridad Social durante el pasado mes de febrero de 2024, se acelera la creación de empleo y baja el paro, mejorando la contratación. En concreto, la población afiliada media sube en 103.321 personas (máximo en un mes de febrero) situándose en 20.708.382 personas, que supone un 2,7% más que hace un año. De la misma forma, mejora la calidad del empleo, pues todo el empleo asalariado creado en el último año había sido indefinido y permanente.
"Si analizamos los resultados del último baremo elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), resulta que crisis económica, sanidad y empleo son los principales problemas de los españoles, mientras que la amnistía ocupa el lugar 45 y la independencia de Cataluña el 47"
Respecto al paro, se han registrado 7.452 personas paradas menos respecto al mes anterior, situando el total de desempleados en 2.760.408 personas. De los contratos de trabajo registrados, el 46% fueron indefinidos. Esto ha supuesto un incremento interanual del 5%. Pero además, la creación de empleo ha sido generalizada, registrándose 29.230 personas más en hostelería, 28.941 más en educación, 18.189 más en construcción y 13.130 más en industria manufacturera. Sin embargo, en sanidad y servicios sociales se disminuye el empleo en 10.252 personas.
La conclusión es clara. Aumenta el empleo y baja el paro, tanto con las estimaciones realizadas con la EPA, como con los registros del SEPE y la Seguridad Social. Y las cifras estimadas y registradas son muy parecidas. Y esto, como se enseña en las aulas de las Facultades de Economía, es signo de fortaleza en el desarrollo de la economía de un país, si además los datos van acompañados de una variación anual de solo el 2,8% en el IPC, y del 2% en el PIB, que nos hace estar en los primeros puestos del ranking europeo.
Si analizamos los resultados del último baremo elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), resulta que crisis económica, sanidad y empleo son los principales problemas de los españoles, mientras que la amnistía ocupa el lugar 45 y la independencia de Cataluña el 47. Entre ellos está la preocupación por el aumento de la crispación, que ocupa el lugar 35; la corrupción y el fraude el puesto 36, y el mal comportamiento de los políticos el 37. Pero antes de esto, en el puesto 6 está la preocupación por la vivienda, en el 8 por la educación y en el 9 por del cambio climático.
Es decir, las prioridades del gobierno de España son las correctas, pues están enfocadas a solucionar los principales problemas de la ciudadanía. Por el contrario, las preocupaciones de la oposición de la derecha del PP y de la extrema derecha de VOX, están enfocadas a incrementar la crispación, poner el foco en la corrupción de algunos políticos, o en la independencia y la amnistía, pues como no son prioridades para la ciudadanía, confían en que no les perjudicará electoralmente y les acabará beneficiando.
En general, estamos en el buen camino para profundizar el progreso de nuestra economía durante 2024, como ya hemos dicho en anteriores artículos y opinan los principales agentes sociales. También en el buen camino para contener la presión de la extrema derecha que asola a Europa y al mundo.