Ya son varios los casos de presos de Ceuta que han sido trasladados a cárceles de la Península sin que a sus familias se les haya dado una explicación. El Faro ha publicado unas cuantas historias, pero esta, la que se escribe hoy, es quizás de las más sangrantes.
Su protagonista es un ceutí condenado por un delito cometido en la Península. Tras muchas peticiones, su familia logró por fin que fuera trasladado a la cárcel de Mendizábal. Su madre, con una discapacidad del 85%, podía visitarlo todos los domingos al igual que su hija y hermanos.
La pena, cifrada en 11 años de los que lleva cumplidos 7, se antojaba más llevadera tanto para el propio interno como para sus seres queridos. Así fue hasta el pasado agosto cuando se ordenó su traslado a una cárcel peninsular, en concreto a una de Huelva.
Junto a él fueron otros presos de Ceuta que ahora están repartidos en penitenciarías del sur. La familia ha reclamado información y ha recurrido a un abogado para que se intente el regreso del ceutí a la ciudad sin éxito. Nadie les da una razón.
No saben por qué se ordenó su ingreso en Huelva, no han recibido explicaciones y creen que es víctima, como ha sucedido con otros presos, de decisiones infundadas o informes negativos interesados. La familia tilda la situación que vive de injusta y lamenta el sufrimiento que están padeciendo tanto ellos como el propio preso al no poder mantener contactos más asiduamente.
Tenerlo en la Península es un lastre, no solo por el gasto en desplazamientos y hotel, sino también por la condición física de la propia madre que le impide realizar trayectos largos.
La capacidad suficiente de Mendizábal
Meses después de no haber conseguido el regreso a Ceuta han decidido trasladar su queja a este periódico, malestar que se suma a otros más recogidos en crónicas publicadas en estas últimas semanas.
Los afectados no entienden que teniendo Mendizábal la capacidad suficiente como para albergar a los internos de Ceuta se tomen este tipo de decisiones. Lo que más les duele además es no saber el motivo así como las consecuencias que esto tiene para la propia familia y el preso.
En su caso no pertenece a ninguna organización, no forma parte de los señalados como miembros de bandas ni ha generado altercados. Reclaman que se haga justicia y se permita el regreso a Ceuta.