Tras la postura del árbol, del guerrero o de la silla se esconde una forma de vida que no todos conocen. El yoga se ha instaurado con cierta fuerza en España en los últimos años como una práctica deportiva. Sin embargo, trasciende más allá del ejercicio. Este viernes, en el templo hindú de Ceuta, se ha ahondado precisamente en esa faceta enlazada a la filosofía.
Como si se tratara de una especie de psicología primitiva, promueve un camino hacia la paz mental. Esta ética se basa en una serie de principios o valores que tienen como finalidad, precisamente, alcanzar la serenidad.
María Forconesi, profesora y terapeuta de yoga a cargo de la exposición, ha reconocido que no es sencillo llegar a este punto. Sin embargo, no se trata tampoco de un imposible. Sencillamente, es necesario no desistir y hacer que estos comportamientos sean continuos.
“Somos humanos”
Ha hecho un llamamiento a la calma en este sentido y ha trasladado a los participantes de la actividad que es lógica esta complejidad. “Somos humanos, no buda”, ha comentado. Una de las primeras técnicas que ha mencionado está relacionada con cuatro conductas enfocadas en los vínculos con los demás.
A ella le ha parecido relevante darles visibilidad ya que, a pesar de no ser de las más populares, las ha considerado útiles. “Me parece importante saber cuáles son porque vivimos en sociedad, no en una montaña. Nos relacionamos con gente diferente, como, por ejemplo, vecinos o compañeros de trabajo. Nos afecta a nuestro estado mental de forma positiva o negativa”, ha explicado.
Divididos en diferentes conceptos, cada grupo está centrado en un aspecto u otro. Este, en concreto, se divide en cuatro frases. La primera aconseja ser amigo de quienes son felices, ser compasivos con quienes sufren, alegrarse del éxito o del bien que le sucede a los demás y ser imparcial con los que tienen malas intenciones.
Estilo de vida
Antes del arranque de la conferencia, la profesora ha profundizado de manera resumida en qué es el yoga como tal. Mientras han entrado poco a poco los invitados, sonriente, ha detallado los puntos básicos de este estilo vital.
“Sin ética, solo es un deporte, pero es una de las escuelas de pensamiento más antiguas de la India. Si se leen los libros que hablan sobre ello, se deduce que es una ciencia de la psicología. Recomienda cultivar ciertos valores”, ha indicado. “Es una actitud hacia los demás y hacia uno mismo. Se trata de estar en calma. El objetivo de todas las prácticas es purificarse para ser feliz y poseer paz interna”, ha remarcado.
“Persigue llevar una vida respetuosa y responsable como individuos y con el resto de personas”, ha matizado una vez iniciada la charla. “La intención es llegar a una espiritualidad, no como una creencia, si no, como una filosofía para librarse de los sufrimientos del mundo”, ha manifestado.
Limitarse solo a hacer yoga como una disciplina deportiva no lleva a un desarrollo completo de quien decide tomar este sendero. Unido a estas reflexiones, “lleva a una transformación más profunda”, ha mencionado.
No violencia
Dicen que, para experimentar la paz, es necesario dejar la violencia. Esta premisa es una de las que conforman los distintos mantras que fraguan su columna vertebral. No solo se trata de evitar agresiones físicas o peleas.
Va mucho más allá de simplemente evitar hacer daño. “El método básico del yoga es el Ahimsa, es decir, la no violencia, el abstenerse a ella. Suena fácil porque, en el día a día no la ejercemos contra otros, pero se trata de dejarla en todos los sentidos”, ha relatado.
“Es a nivel físico, mental y verbal. Por ejemplo, si se grita por frustración, se está haciendo. Si se albergan pensamientos negativos, también”, ha incidido. Ello implica no sentir rencor, odio o desear el mal. “También significa que no se puede manifestar como individuo. Es decir, muchas veces se aceptan cosas de los demás, pero se echa la culpa a uno mismo por cosas pequeñas”, ha destacado.