Los ciudadanos de Yemen ya son el tercer grupo nacional con mayor número de acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta, solamente por detrás de los de la República de Guinea y los de Sudán.
Actualmente el equipamiento del Jaral acoge a aproximadamente 350 foráneos después de la reciente salida hacia centros gestionados por organizaciones no gubernamentales en Andalucía y Madrid de 58 personas procedentes de ambos países subsaharianos, Camerún y Costa de Marfil.
El CETI se encuentra ahora ocupado al 70% de su capacidad máxima operativa, cifrada en algo más de medio millar de plazas tras su última ampliación.
Según las fuentes consultadas por este periódico, los albergados de origen subsahariano rozan los 250, más de la mitad de la República de Guinea y cerca de un centenar de Sudán. El resto proceden de Estados como Costa de Marfil o Eritrea.
Al margen de ambas nacionalidades, los yemeníes superan la cincuentena y en el CETI se acoge también a una veintena de personas nacionales de Siria.
En el equipamiento no hay actualmente súbditos marroquíes
En el equipamiento no hay actualmente súbditos marroquíes, pero sí una quincena de argelinos, menos de media docena de tunecinos y un afgano.
Según el último balance quincenal del Ministerio del Interior, en todo 2022 accedieron irregularmente a Ceuta 1.228 personas por vía marítima (124) o terrestre (1.114), algo por encima de los datos de 2021 (1.158).
El Centro comenzó 2020, justo antes de la declaración de la pandemia de la enfermedad del coronavirus, con un número sensiblemente superior de acogidos, concretamente 693.
En 2019, el último año sin restricciones de movilidad a escala internacional, con 1.229 extranjeros acogidos en El Jaral la presión migratoria real sobre la ciudad autónoma cayó en más de un 50% con respecto a 2018, ejercicio durante el que accedieron al CETI 2.698 indocumentados que previamente habían entrado irregularmente en la ciudad autónoma. En 2016 y 2017 la infraestructura que gestiona la Administración General del Estado marcó récords con 3.223 y 3.219 personas recibidas, respectivamente, y los dos años anteriores a ese bienio se superaron las 2.000 entradas (2.134 y 2.730) en cada uno de ellos.
En 2013 ya se habían rozado las dos mil llegadas (1.930) tras un salto cuantitativo con respecto a 2012 (1.180) que devolvió las cifras de albergados a los niveles del ejercicio precedente (1.804 en 2011). En 2008 se atendió a 971 personas extranjeras y en 2009, cuando se marcó el mínimo del periodo del que el Ministerio conserva datos oficiales, a 805.