Se acerca el verano, llega el buen tiempo y cada vez apetece más acercarse a la montaña a pasar un agradable día junto a la naturaleza. Esta práctica, tan sana y que se aleja de las aglomeraciones costeras, conlleva también una serie de responsabilidades: no encender fuegos en zonas no acotadas durante los meses de peligro de incendios forestales y no dejar rastro de basura en el monte. Estas obligaciones lógicas no son respetadas por algunos indecentes, que no solo ignoran la importancia de mantener limpia la naturaleza, sino que se esfuerzan por ocultar sus porquerías.
El grupo de Facebook ‘Ceuta Viva’, integrado por varios voluntarios medioambientales, organiza salidas al campo para hacer recogidas de basura periódicas. El sábado pasado, 15 de junio, varios de los colaboradores habituales de esta página se toparon con residuos enterrados bajo la tierra, que apenas se habían deteriorado con el paso del tiempo y que conservan hasta los colores y el logotipo del envase original. Antiguas botellas de vidrio -con el peligro de fuego que ello conlleva- envases de yogur de la marca Almina, patatas onduladas de Matutano y recipientes de limpieza. Todo un yacimiento arqueológico dedicado a la basura de los años 70 y 80.
‘Ceuta Viva’ se organizó hace cinco años como un grupo de intervención ambiental que se nutre con las aportaciones de sus colaboradores, ya sean fotos, comentarios o difusiones de sus artículos. Comparten habitualmente imágenes de sus recogidas de basura, al tiempo que lanzan consejos y advertencias ecológicas tanto en Ceuta como en el área de influencia del Estrecho de Gibraltar. Según han relatado a este periódico, los integrantes ‘fijos’ de este grupo prefieren mantenerse en el absoluto anonimato “para darle el protagonismo a quien realmente importa, que es la naturaleza”.
Además de los residuos plásticos y vidrios en zonas con peligro de fuego, otro de los problemas medioambientales que destacaron desde este grupo son el vertido de toallitas higiénicas desechables: son un auténtico mal para el saneamiento de las ciudades, ya que si se intentan desechar por el inodoro acaban colapsando las tuberías fecales. Según relatan en su página de Facebook, existe un cúmulo de estas toallitas bien visible en la parte navegable de las Murallas Reales. Una vergüenza ambiental.